Málaga, 16 de agosto de 2010 | Cartas al Director | Piedad Sánchez de la Fuente.
Sr. Director:
Qué alegre es este mes y no lo digo porque sea el mes por excelencia del descanso y las vacaciones. Por supuesto que todo eso es una alegría añadida. Es alegre, porque raro es el pueblo de España grande o pequeño que no tenga su fiestas, esas fiestas que casi siempre tiene como motivo celebrar y hacerle un homenaje a su Patrona la Virgen de (…) el número de nombres es inmenso, como inmenso es el cariño que ponen en la celebración, son costumbres tan arraigadas en el corazón que por mucho que nos secularicemos el amor a María la Madre que sube al cielo en cuerpo y alma, eso no es tan fácil de arrancarlo de lo hondo del pecho. La fiesta central es el día 15, la Asunción de Nuestra Señora, es la fiesta solemne, pero nosotros, con sencillez la llamamos la Virgen de Agosto, por eso no es solo mayo, mes de las flores el único mes de la Virgen. Agosto con su calor, con sus fiestas de pueblos y ciudades es también un mes de la Virgen totalmente. ¿Y que mes no lo es? Porque julio es el mes de la Virgen del Carmen, que es la Virgen de los Mares y de los marineros de forma especial, después viene septiembre, la fiesta del nacimiento de María y Asturias vibrará celebrando a su Virgen de Covadonga, su “Santina” y en Málaga, -mi ciudad- La Virgen de la Victoria ¡tan guapa y con ese nombre que te ayuda a luchar día a día! Y, cuando llegue octubre en Aragón, la Virgen del Pilar se alegrará cuando vea que de todo el mundo va a visitarla y a rezarle. Estoy segura que mientras el nombre de María se celebre en mil pueblos españoles y de mil maneras podremos estar tranquilos, porque la estrella de la mañana, el auxilio de los cristianos y la Reina de la Paz cuidará de nosotros para que no perdamos "el sentiliño", -como dicen en Galicia-.
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