Las Palmas de GC, 9 de agosto de 2010 | Politica | José Manuel Soria.
El Banco de España calcula que la economía española creció un 0,2% en el segundo trimestre de 2010 en comparación al primero, según revela en su boletín de julio y agosto. Sin embargo añade que el Producto Interior Bruto (PIB) sigue en negativo en tasa interanual con un recorte del 0,2% si se compara con el mismo trimestre del año anterior.
Ello ha sido posible gracias a que entre abril y junio ha subido el consumo de las familias en un 0,7%, si lo comparamos con el consumo entre enero y marzo e incluso un aumento del 1,5% si la comparación es respecto al segundo trimestre de 2009.
Las causas del repunte en el consumo hay que buscarlas, según el Banco de España, en la finalización de algunos programas de apoyo público al consumo como las ayudas a la adquisición de coches y la subida del IVA el 1 de julio, que contribuyó a adelantar compras.
La Institución advierte, sin embargo, que la actividad económica ha seguido desarrollándose en un entorno de acusada volatilidad en los mercados financieros (o sea, de continuos cambios sin rumbo fijo) y de crisis de confianza muy aguda, e insta al Gobierno de España a detallar las medidas relativas a la consecución del techo de gasto para 2011 y todas las que afectan a los recortes que deben implementar las administraciones territoriales, sobre todo para el próximo año. En este sentido, advierte el Banco de España, "debe estar preparado para instrumentar medidas fiscales restrictivas adicionales si la consecución de los objetivos presupuestarios se viera en peligro".
De todo lo cual debemos extraer las adecuadas lecciones si queremos que lo que hoy es un mero repunte coyuntural se torne en fundamento de una solida recuperación.Y la más importante, en mi opinión, es que los gobiernos no deben dudar a la hora de implementar las políticas fiscales necesarias para superar esa "crisis de confianza aguda" de la que habla el Banco de España. Lo que implica que debemos persistir en las políticas de ajuste necesarias por la vía del gasto público sin caer en la miopía política de aplicar o apoyar subidas de impuestos para que el peso de la crisis lo asuman las rentas medias y bajas.
Ello implica claridad en las medidas, valentía en su adopción y pedagogía en su explicación. Bastante mejor de lo que algunos politicos presumen, la gente entiende que en tiempos de vacas flacas haya que hacer ajustes. Bastante menos se entiende que en tales circunstancias se persista en compromisos a sabiendas de la imposibilidad de su cumplimiento.
Es muy fácil de entender: las palmaditas en la espalda y decir que sí a todo puede funcionar en algunos momentos aunque, incluso en esos, tengo mis dudas al respecto.
Si aprendemos esas sencillas y claras lecciones, la recuperación será posible. Si persistimos en la miopía política la consolidación del repunte será un mero espejismo. La opción es nuestra.
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