Sé de un señor -un pobre hombre de campo- que por arreglar el techo de su cueva lo han multado; también lo multaron, porque no sé cómo debía tener el estiércol...; lo multaron, porque arando la tierra, rozó por una retama y la dañó en parte; lo multaron porque iba a plantar un saco de papas, y no se las dejaron plantar porque en el terreno nació algo protegido...; porque recogió una piedras de una pared, que se le cayó, lo multaron; lo multaron, porque no tenía las vacas registradas; porque puso una valla para defenderse de los conejos, lo multaron también; lo multaron, porque cogió para sus cabras unos ramos de escobones; también lo multaron porque dentro de un bidón dentro de una cueva quemó unos rastrojos; lo multaron porque las cabras las tenía sin la bola en la panza; lo multaron porque los perros no estaban identificados; lo multaron por las gallinas, por sulfatar no se qué; lo multaron porque..., lo multaron, lo multaron, lo multaron..., lo están multando a diario; y tanto que tiene una "tonga de multas"; -me las enseñó- siempre fijo -me dice: "me están vigilando, por helicópteros, el Seprona, los de Miedo Ambiente, los..., ¡todos me multan, y todo por nada, por vivir como siempre, como aprendí de mis padres".
No tiene vida social alguna, vive en su cueva, perdido en un barranco, atendiendo lo suyo y sus animales, y lo acosan día y noche, fijo. Me dice, "que no paga ninguna multa; que lo metan en la cárcel... ". ¡Está aburrido, amargado, no sabe qué hacer, los tienen a diario multándolos, lo vigilan y no le dejan dar paso...!
Le dije: "según creo, si no paga se lo cobran de su cuenta -si la tiene-, y si no, le embargan, y se van a quedar con todo lo suyo, para cobrarse. Luego, seguro, que al cien por cien, plantarán todo lo suyo -cuando se lo quiten- de pinos".
Como sacerdote, guardo secreto, pero por la injusticia que esto supone, creo que lo desvelaré, Dios mediante. Voy a esperar a ver en qué acaba esto.
Alguien le ha dicho, que les pegue un tiro, que los maten, y luego que se entregue a la policía para que le den de comer en la cárcel...
Por supuesto, le dije: "¡No, eso no, por favor, denuncie -le dije- que lo acosan, que...! Pero, creo, que por su cultura, su edad, sus quehaceres, no va a ir a ningún lado.
Al contárselo a alguien me dijo: "¡¡ya es hora, que salgamos este pueblo, a la calle a manifestarnos, contra estos atropellos y abusos, pero debe salir todo el pueblo canario".
Le dije, que "este pueblo, tiene miedo a represalias, a... y que no, no irá nadie". También le dije: "la Prensa, el can7, ni La provi, que los defiende a ellos y viven de ellos, no se hará eco de esto, por más que les mando a ellos este mismo correo, como a usted, amable lector.
El Padre Báez, que les dice que la fe, no es más verdad que lo que les acabo de contar (hay más motivos de multas). Ya les contaré en una segunda entrega por qué más lo han multado.
(Una pista, para que sepan de quien se trata: sabiendo de dónde soy párroco, es fácil adivinar quién puede ser [eso sí, mi parroquia va desde Tecén hasta la Caldera de Los Marteles], el ancho, no se lo cuento).
Padre Fernando Baez . Sacerdote y Párroco.
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