Telde, 5 de octubre de 2010 | Opinión | Maribel Castro Melián.
Las primarias que se celebraron el pasado domingo en la Federación Socialista Madrileña, las forzó Rodríguez Zapatero cuando denostó al que todos daban como candidato, Tomás Gómez, para imponer a su propia candidata, Trinidad Jiménez.
El 27 de Mayo de 2007, Tomás Gómez es el alcalde más votado de España, un resultado que le convierte en objeto de deseo de la cúpula socialista, y sin que se sepa porque tres años después ha tenido que batirse el cobre contra todo el aparato del partido.
Nadie duda que la derrota de Trinidad Jiménez abre una grieta en la dirección nacional del PSOE,
Zapatero y su candidata pierden la batalla por el poder en el PSOE de Madrid porque ya no tiene credibilidad ni para los militantes socialistas.
En el PSOE ya se ha abierto el melón sucesorio tras la contundente desautorización a un Zapatero que quiere mantenerse en el poder como sea.
Los socialistas madrileños han demostrado que quieren pasar página de la actual cúpula de Blanco, Rubalcaba y Zapatero.
Al presidente del Gobierno a los problemas que tiene como jefe del Ejecutivo, se le plantea ahora uno muy grave como secretario general de un partido cuyas bases madrileñas le han dado la espalda, y se atisba a este paso, un congreso extraordinario. Por supuesto, la derrota de Trinidad es Madrid, es un un batacazo de Zapatero.
Estas han sido unas primarias con una altísima participación de la FSM que ha votado más para dirimir el futuro del PSOE, que para el gobierno de la Comunidad de Madrid.
(*) Secretaria de Comunicación del PP de Telde.
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