martes, 25 de enero de 2011

EL MEJOR IBSEN LLEGA AL TEATRO CUYÁS CON ‘CASA DE MUÑECAS’, UNA REFLEXIÓN ÁCIDA SOBRE LA SOCIEDAD PATRIARCAL Y LAS MUJERES

Silvia Marsó y Roberto Álvarez encabeza el cartel de uno de los textos más completos de la dramaturgia europea que se pone en escena los días 28, 29 y 30 de enero

Las Palmas de GC, 25 de enero de 2011 | Cultura | Gabinete de Prensa-ASSOPRESS.

Silvia Marsó y Roberto Álvarez se ponen a las órdenes de la directora de escena Amelia Ochandiano para dar vida al mejor texto del dramaturgo noruego Henrik Ibsen. El Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran canaria recupera la escena en texto para traer a la isla ‘Casa de Muñecas’, un drama sobre la emancipación de la mujer que sacudió las mentes de la Europa del siglo XIX y se convirtió en uno de los referentes del teatro internacional de las últimas centurias. Marsó interpreta a Nora, una mujer de buena familia y con la cabeza muy bien amueblada que se niega a aceptar que tras el matrimonio debe resignarse a ser un cero a la izquierda de su marido. Esta reflexión sobre los derechos de la mujer, que se escribió en 1879 estará en cartel los días 28, 29 y 30 de enero en el coliseo de la calle Viera y Clavijo. Ana Gracia, Pedro Miguel Martínez, Francesc Albiol, Mamen Godoy, María Cuca Villén e Ionel Pena completan el elenco de actores de esta pieza maestra.

Las entradas para asistir a esta función de altos quilates ya están a la venta en las taquillas del Teatro Cuyás, en la página web de Cajatique (www.cajatique.com) o a través del teléfono 902 405 504. El ritmo de venta de las entradas presume lleno.

Henrik Ibsen rompió con muchos de los convencionalismos de la época en la que le tocó vivir (la práctica totalidad del siglo XIX). Uno de los temas recurrentes de la dramaturgia del autor noruego es la exploración de las miserias de la buena moral burguesa occidental; el matrimonio es una de esas instituciones clave. El estreno de ‘Casa de Muñecas’ en 1879 fue un auténtico escándalo, pero también supuso el mayor éxito comercial de un autor que antes se atrevió a cuestionar instituciones como la corona o la iglesia.

“La obra provocó una sacudida, con su osada descripción de una mujer que deja su aparentemente idílico matrimonio a causa de su disconformidad con el rol subordinado que le toca desempeñar en él. Es una heroína fuerte e independiente en contraste con un marido débil y aferrado a su rol patriarcal. Pero su tema es también el efecto anquilosante de las convenciones sociales y la necesidad de rebelarse contra ellas a fin de alcanzar la realización personal. Esta obra no tiene un desarrollo cronológico como las anteriores, sino que trabaja con una técnica retrospectiva en la que el pasado va siendo revelado a medida que avanza la acción”, destaca Amelia Ochandiano.

Según destaca la directora de escena, levantar una función como ‘Casa de Muñecas’ es un reto atractivo para cualquier director, ya que se trata de una obra con multitud de matices. “Cada personaje es de una riqueza asombrosa, llenos de matices, y de complejidad; personajes que comparten un mismo espacio, pero que defienden sus intereses con gran determinación pero en soledad, como animales con distintos comportamientos atávicos, encerrados en un hogar ficticio, en una Casa de Muñecas. Una función de personajes al límite.

Una función de actores”. Pero también es una fuente de continuas sorpresas ya que, pese a la complejidad del papel protagonista de Nora, “cada uno de los personajes tiene gran peso”. “Aunque Nora sea uno de los personajes femeninos más interesantes, con más aristas, más evolución dentro de la función y mayor amplitud de registros de toda la literatura dramática universal, también siento (como siempre pasa con los clásicos) que a medida que me sumerjo en ella los personajes que rodean a Nora adquieren más peso y que el dilema moral, el conflicto interno que se debate dentro de cada uno de ellos está cada día más vigente. Y estoy segura que a cada paso que demos analizando la función nos sorprenderemos más y más”.

Una obra que más allá de la denuncia sobre la situación de la mujer, esboza, con una “actualidad terrible” temas que aún no se han solucionado del todo. “La imagen del varón desconcertado al ser abandonado por su mujer es de una vigencia indiscutible, porque ese portazo de Nora no solamente significa la ruptura del rol que la sociedad tenía encomendado a la mujer y el comienzo de su evolución como ser humano independiente del varón, sino también (y me gustaría hacer especial hincapié en ello) el comienzo de la verdadera revolución en la relación entre hombres y mujeres”, finaliza Ochandiano.

Otro de los atractivos de esta cita teatral es poder ver al elenco de actores encabezados por Silvia Marsó y Roberto Álvarez; o la ambientación lograda por la feliz combinación de la escenografía de Ricardo Sánchez y el vestuario de María Luisa Engel. Un equipo artístico “indispensable” que, según destaca la directora escénica del montaje, “es el ideal para poder llevar a cabo un reto de este calibre”.

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