Santa Cruz de Tenerife, 12 de enero de 2011 | Justicia | Gabinete de Prensa.
La familia de Tomás Poggio Morata lleva seis años esperando que el el Servicio Canario de Salud (SCS) resuelva una reclamación patrimonial tras la muerte del mismo por presunta negligencia médica en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), asegura una hermana del fallecido, Ana Margarita Poggio Morata, quien indica que “está más que demostrado que hubo irregularidades en el tratamiento, que llevaron a la muerte de mi hermano”.
Los hechos ocurrieron nada menos que el 22 de junio de 2004, cuando Tomás Poggio Morata ingresó en el Servicio de Urgencias del HUC por “un dolor abdominal de veinticuatro horas de evolución y treinta y ocho con cuatro grados de temperatura” y se le diagnosticó una apendicitis aguda.
Al día siguiente de su ingreso, Poggio Morata, es operado de apendicectomía y durante la intervención se detecta además una peritonitis purulenta que “queda sin resolver”, según revela posteriormente en el informe de la autopsia y que es la razón de que el paciente muriera.
Una vez en planta, Tomás Poggio Morata inicia su recuperación que parece ser positiva tras la intervención, por lo que se determina su alta para el día 28 de junio. Sin embargo, en la madrugada del 24 al 25 de junio (así consta en los informes de enfermería), el enfermo “se queja [...] y se encuentra con un estado general más decaído y débil que antes de la intervención quirúrgica”.
A esta situación, le sigue un cuadro de dolor y de vómitos constantes que en ningún momento son tratados por el equipo del hospital y que se achaca a simples nervios, sin que se le realicen pruebas para determinar la posible causa del empeoramiento. Esta situación se prolonga durante tres días en los que además Tomás Poggio recibe alimentos cuando se le había prescrito dieta absoluta y se le suministra tranquimazin.
Después de tres días sin que la situación mejorase para el paciente, éste, “en un estado de absoluta desesperación”, según relata la hermana, se va del hospital a las 2.30 horas de la mañana del 28 de junio, regresa a su domicilio en La Laguna y fallece en plena calle a las 11.30 horas del mismo día frente a la Policía Local de dicha ciudad.
La autopsia realizada el 29 de junio de 2004 revela que “la causa fundamental de la muerte” de Tomás Poggio Morata es “una peritonitis aguda tras una apendicitis aguda y “la causa inmediata” de la muerte es “un íleo paralítico secundario a la infección peritonítica sin resolver”.
El íleo paralítico, también llamado seudoobstrucción, es una de las principales causas de obstrucción intestinal y uno de los factores que lo produce, entre otros, es una infección intraperitoneal.
Según Ana Margarita Poggio, “todos los informes que tenemos y los hechos demuestran que se produjo una supuesta negligencia médica en la atención a mi hermano”, razón por la que la familia denunció los hechos en su momento y seis años después sigue sin resolverse.
El abogado que instruye esta causa, José Luis Langa, afirma que “no es justificada la demora por el SCS de la resolución del expediente administrativo incoado”, pero lo peor, asegura el letrado, es “la falta de consideración hacia una familia que quiere saber la verdad de lo que le ocurrió a su hermano y que seis años después no puede pasar página a un hecho tan doloroso”.
Langa confía en una rápida resolución de la situación expuesta y “espero que nunca tengamos que llegar a los tribunales de justicia”, agrega.
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