Las Palmas de Gran Canaria, 15 de febrero de 2011| Cultura | Gabinete de Prensa.
El argentino René Lavand, considerado mundialmente como el mejor ilusionista en cartomagia y especialista en la modalidad de close up (magia de cerca hecha con naipes y objetos pequeños), ofrecerá en Gran Canaria dos únicas actuaciones de su espectáculo para adultos denominado La belleza del asombro, que tendrán lugar los días 25 y 26 de febrero a las 20.30 horas en el Centro Cívico de Carrizal y en el Auditorio de Teror, respectivamente. Las entradas ya están a la venta y pueden adquirirse al precio de 12 euros en las taquillas de ambos recintos, a través de Cajatique (www.lacajadecanarias.es) o el sistema de venta telefónica llamando al teléfono 902 405 504.
Maestro entre los maestros, René Lavand, de 83 años, realiza magia ayudándose únicamente de su mano izquierda. La derecha la perdió en un accidente ocurrido a sus 9 años de edad, lo que añade aún más espectacularidad a su arte que denomina lentidigitación. Una forma de plantear la cartomagia que desestima la velocidad propia y predominante de la prestidigitación a favor del preciso engaño psicológico ejecutado con magistral suspense por este artista que ha venido actuando desde hace décadas por los cinco continentes.
René Lavand, dueño de un relato exquisito y con un magnífico manejo de las pausas y del suspenso narrativo dentro de cada una de las historias que conforman este cuidado espectáculo de una hora de duración es el máximo exponente del ilusionismo. En los montajes del argentino la magia se entrecruza directamente con el arte narrativo, generando verdaderas historias mágicas donde la línea entre lo real y la ficción se torna difusa. Escuchar a Lavand relatando alguna de sus historias es tener la oportunidad de contemplar al arte de la ilusión en su estado más elaborado y culto.
En 1960 debuta en dos teatros de Buenos Aires y con tan sólo 27 años actúa en Nueva York en el famoso programa de Johnny Carson y en el popular show que Ed Sullivan presentaba en la televisión norteamericana, y veían por entonces 50 millones de espectadores. Dai Vernon, el mago canadiense considerado uno de los mejores del mundo, lo llamó La leyenda; Channing Pollock, uno de los ilusionistas americanos más exquisitos, le regaló una foto dedicada que decía “Dios debe quererte mucho, por eso te hizo hermoso” y, David Copperfield, quizás el mago más mediático del planeta, se desplazó de Estados Unidos a Suiza para verlo actuar durante quince minutos.
Solamente René Lavand es capaz de imaginar y concretar la ilusión en un instante de poco más de siete minutos con unas frágiles cartas de 30 gramos de peso y transformar tan cotidiano y simple objeto en un mágico recurso artístico.
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