domingo, 20 de marzo de 2011

…DE LA ÉTICA Y LA ESTÉTICA DE ALGUNOS POLÍTICOS

Telde, 20 de marzo de 2011 | Opinión | Ignacio Morán Rubio (*)

Al acotar el campo de interpretación de estos conceptos, encontramos que lo ético interesa al ámbito moral de los valores individuales y/o colectivos; la estética, por el contrario, se muestra más preocupada en la sensación o en las percepciones que generan las acciones. No obstante ambas, como ciencias tributarias de una filosofía de vida, tienen un largo recorrido de aplicación en varios campos.

Una y otra, están íntimamente relacionadas con la educación y el aprendizaje del individuo. Los valores, los usos, las costumbres, las tradiciones…todo lo adquirido en el periodo de formación (el superyo del que habla Freud, 1856-1939), será determinante en la configuración ideológica y en el comportamiento social de las personas. En suma, las conductas aprendidas conforman y condicionan el equipaje ético-moral de cada uno y también el concepto que tenemos de libertad y democracia. Desde luego, los políticos no son ninguna excepción.

M. Weber (1864-1920) habla de una ética de la responsabilidad y también pone el acento en las consecuencias de la acción (estética). Concibe la política desde una óptica ideológico-humanista, mucho más allá de la mera lucha por el poder que parece imponerse. Un ejercicio de la política que ha de buscar, sobre todo, el establecimiento de un orden de valores, de justicia social y de satisfacción ciudadana, muy en la línea de “El Príncipe” de Maquiavelo (1469-1527). En esta concepción ético-estética de la política, se halla muy presente el eterno dualismo: Amigos-enemigos, bueno-malo, bonito-feo, correcto-incorrecto, obligatorio-voluntario…

Este yin-yang, se acrecienta en Telde con cada cita electoral y llega a ocupar todo el espacio de debate. Partidos, candidatos, activistas e incluso simpatizantes se esfuerzan más en trasladar el yang o la antiestética de “los otros”, que su propia ética de la responsabilidad. Pero quizás, a las puertas de la novena convocatoria de elecciones locales y después de alguna chamusquina, estas prácticas puede que no salgan del todo gratis.

Hay quienes siguen enganchados a la droga de apropiarse de malestares ajenos. Quienes intentan capitalizar cualquier insatisfacción con propuestas engañosas o silencios interesados. Quienes tratan de colar aquello de que los políticos no son realmente lo que son, sino lo que se traslada de ellos…En fin, que en este cortejo electoral ciertamente hay de todo. Pero la realidad local es casi siempre inapelable. A estas alturas, en Telde, se sabe enseguida de donde viene el humo y la nidada de cada pollo.

En ese mercadeo electoral, que ya está aquí, no faltarán quienes sólo busquen la estética de la visibilidad, del espacio mediático, de la seducción de algún radiofonista, el abrigo de piratas de la cosa pública…Son los seguidores de que “el fin justifica los medios”, personajes siempre dispuestos a prescindir de la ética y hasta de cualquier estética que les marque límites. Pero y, si esas ideas se abren paso, ¿qué les quedara entonces a los ciudadanos?

La maquinaria electoral de los partidos estatales, tratarán de orillar su código ético para vender su verdad política. Poco importa la cultura crítica del individuo, la ética y aun menos la estética. Se imponen los eslogan, la imagen, la gestualidad…Como dejó escrito F. de Quevedo (1580-1645) en “El ciego lleva a cuestas al tullido” (un ácido soneto): “El mundo en estos dos está entendido…/ si tú me das los pies, te doy los ojos/ todo este mundo es trueque interesado…/ pues unos somos ciegos y otros cojos/ ande el pie con el ojo remendado.”

Reproducir en Telde esos caminos, solo llevaría a sofocar ilusiones y a abrir, aun más, la brecha de la insatisfacción. Aquí hay y se propone, gente honesta y de valía que siguiendo el símil de tan ilustre intelectual y con perdón, no es ciega ni tullida. Gente de principios, dispuesta a enfrentar las dificultades y el inmovilismo de quienes coquetean con la mentira, con el chantaje y con los listillos que se esconden detrás de cualquier barrera…Equipos que están por un modelo de relación política de cercanía, del cara-a-cara, por una política de progreso, de valores éticos y estéticos, de más justicia social y de satisfacción ciudadana.


(*) Director de Gobierno del Ayuntamiento de Telde

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