Valsequillo, 1 de abril de 2011 | Opinión | Juan A Ojeda Muñoz (*)
Dice la máxima que “burro viejo no aprende idiomas” y este es un dicho totalmente extrapolable a las acciones que acostumbran a llevar a cabo los miembros de la oposición en Valsequillo (Asba). Conservan los malos hábitos de etapas anteriores convirtiéndose en una rémora de la democracia, en un arcaísmo que habría que extirpar totalmente porque vician el estado de derecho. Esta actitud es consustancial con el enquistamiento derivado del apoltronamiento en el poder durante veinte años, lo que conlleva a la creencia de que todo el campo es orégano y que la administración pública, la casa de todos y todas, el ayuntamiento, es su cercado particular, donde entran y salen sin fijar unos mínimos criterios de respecto y honorabilidad.
A lo largo de estos cuatro años de legislatura se han ido produciendo situaciones de todo punto execrables y raídas que deja en entredicho el perfil los miembros de Asba, los representantes públicos de una parte de la población valsequillera. Como punto de partida destacar las continuadas invasiones de puestos de trabajo en distintas dependencias municipales por parte de miembros de la oposición dando una imagen posesiva y soberbia, llegándose a utilizar recursos públicos para, con total altanería, hacer llamadas privadas desde varias oficinas o adoptar gestos y actitudes amenazantes con algunos trabajadores.
Otro de los casos que levantó cierto resquemor y rechazo entre los empleados del ayuntamiento fue el uso inadecuado de la red informática interna de la institución enviando un correo masivo con contenido político y partidista atacando al Grupo de Gobierno ASAVA-PP, teniendo que establecerse un sistema de control al envío externo de mensajes que poco o nada tienen que ver con las tareas diarias del funcionamiento administrativo y comunicación interna de los distintos departamentos. Es totalmente inaceptable que aquellas personas que deben dar ejemplo de honestidad y velar por el buen uso de lo público lo utilicen a su antojo sin rubor y con fines políticos.
Pero el no va más ha acontecido en las últimas fechas, donde con motivo de la celebración de un acto partidista, que la oposición publicitó a través de distintos medios, tuvieran la osadía de invadir las dependencias municipales, accediendo a los despachos donde los trabajadores y trabajadoras, en horario laboral, cumplían con su obligación diaria para hacer entrega de una misiva convocándolos a todos y cada uno de ellos a dicho acto. Pero además con unos modos fuera de lugar, utilizando el binomio presión-coacción para llevar al convencimiento e imponer la obligatoriedad. Más de uno se llevó una fuerte impresión al ver entrar en sus despachos a cuatro personas vestidas de oscuro y con actitud dominante, careciendo del más mínimo tacto. Siendo este un hecho lamentable cuestionable que muestra su forma de actuar rayana en el caciquismo, dando una imagen cercana a una cuadrilla de capos.
Pero la gota que colmó el vaso y que llevó a una llamada de atención en la última sesión plenaria por parte de la Concejal de Servicio Sociales, Elsa María López, fue el proceder empleado en las dependencias de su concejalía, donde llegaron y entraron en los distintos departamentos por cuenta propia, sin autorización ni notificación alguna. Accedieron a despachos vacíos en los cuales se encuentra documentación confidencial a dejar sus invitaciones, abriendo puertas que estaban cerradas sin tener el permiso previo. Dándose el más grave de los casos cuando tras varios golpes violentos y sin esperar a respuesta abren un despacho donde un ciudadano estaba siendo atendido con total privacidad por una trabajadora, atentando así contra la confidencialidad y la reserva necesarias del asesoramiento que se estaba dando en dicho espacio. Inadmisible aunque luego intentaran pedir disculpas porque el mal ya estaba hecho. En fin, que estas acciones son merecedoras de una total repulsa y rechazo porque no son maneras de hacer las cosas. Para la propaganda política existen otros medios y este era innecesario, ya que como manifestaron muchos trabajadores dicha invitación ya la habían recibido en sus hogares, por lo que estaba fuera de lugar que vinieran a instigarlos y a soliviantarlos en su puesto de trabajo.
Por supuesto, manteniéndose en su tesitura prepotente, tras la arenga y reprimenda recibida en el arco pleno la oposición agachó la cabeza de forma vergonzosa, pero en ningún momento dieron signos de arrepentimiento, con lo cual afianzan que este va a ser el modus operandi a lo largo de la campaña electoral. Algo que ya tienen normalizado y que ponen en práctica cada cuatro años: la discordia, el enfrentamiento, la provocación y la persecución mediática.
(*)Miembro de Asamblea Valsequillera-ASAVA
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