Alejandro Silvera, nutricionista de Fuentealta, revela un decálogo de calidad de vida con motivo del DÍA MUNDIAL DE LA SALUD
Santa Cruz de Tenerife, 6 de abril de 2011 | Nutrición | Gabinete de Prensa.
La marca de agua FUENTEALTA (www.fuentealta.es), con la ayuda y asesoramiento de su nutricionista, Alejandro Silvera, desvela una serie de consejos que podrían mejorar considerablemente la calidad de vida de todos nosotros.
Esta presentación se realiza con motivo del DÍA MUNDIAL DE LA SALUD, fecha en la que FUENTEALTA, marca de agua que apoya y defiende unos hábitos de vida saludables para, por consiguiente, ser más longevos y obtener una mejora en nuestra rutina, tanto desde el punto de vista psicológico, como físico o emocional, ratifica su colaboración con los canarios para servir de consejera en temas nutricionales.
Por ello, hemos preparado esta nota de prensa en formato de cuestionario, en el que Alejandro Silvera, desgrana consejos, hábitos y protocolos que pueden ayudarnos a seguir pautas positivas en nuestra alimentación y comportamiento de vida.
1. ¿Como influyen los hábitos de vida en el mantenimiento de nuestra salud?.
“Existen múltiples factores que relacionan nuestro modo de vida con el desarrollo de enfermedades que lamentablemente cada vez son mas frecuentes en nuestro entorno: hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares… Entre estos factores encontramos la dieta, el ejercicio físico, hábitos como el tabaquismo, el consumo de alcohol etc... Numerosos estudios han demostrado que hay una serie de hábitos y actitudes que suponen un riesgo para la salud y que con su modificación podemos reducir la aparición de enfermedades crónicas y degenerativas. Por ejemplo sabemos que la dieta y la nutrición son muy importantes en la promoción y mantenimiento de la salud a lo largo de toda la vida. Está bien establecida su función como factores determinantes de enfermedades no transmisibles crónicas, y eso las convierte en pilares de la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud. También está demostrado que el sedentarismo y la falta de actividad física influye de manera relevante en el desarrollo de múltiples enfermedades y que la actividad física tiene efecto tanto preventivo como terapéutico en infinidad de ellas”.
2. ¿Cuándo nos debemos plantear el cambio hacia unos hábitos saludables de vida? ¿Puede ser demasiado tarde para algunos?.
“Cualquier momento es bueno para intentar cambiar nuestros hábitos incorrectos de vida. Y en realidad es muy sencillo: comer bien y de todo, haciendo hincapié en ciertos grupos de alimentos, beber menos alcohol, dejar de fumar, y mantenerse en forma vigilando el peso y realizando ejercicio físico son, entre otras, muy buenas recomendaciones. También hay que aprender a encajar mejor las adversidades, y tomarse las cosas con calma, reduciendo el stress.
Lo más importante de todo es que nunca es tarde para comenzar, y debemos saber que veremos reflejados los beneficios en nuestra salud en muy poco tiempo”.
3. Decálogo para una vida sana.
“Me atrevo a resumir en 10 puntos muy claros, una serie de recomendaciones para una vida más sana:
HACER DIETA SALUDABLE: Hay que llevar a cabo una dieta variada y equilibrada. En ella son alimentos indispensables las frutas, verduras, hortalizas, pescado, aceite de oliva, carnes magras o sin grasa, cereales y lácteos desnatados o semidesnatados. Se debe procurar que el consumo de azúcar, sal y grasas saturadas sea mínimo.
EVITAR EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD: Ambos son factores de riesgo muy importantes para padecer muchas enfermedades, sobre todo a medio y largo plazo. El Índice de Masa Corporal (IMC) puede sernos muy útil. Es sencillo: divide tu peso (en kilogramos) entre tu altura (en metros) elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m², se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² ya es obesidad. Además debemos vigilar la grasa acumulada en el abdomen: el perímetro abdominal debe ser inferior a 88 cm en mujeres y de 102 cm en hombres. Si es superior, puede suponer una amenaza para nuestra salud en general y cardiovascular en particular.
DISMINUIR EL CONSUMO DE SAL: Una dieta alta en sodio aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y circulatorias por medio del aumento de la hipertensión arterial. Se recomienda reducir la ingesta de sal y de alimentos salados.
AUMENTAR EL CONSUMO DE AGUA: Debemos beber al menos 1.5 a 2 litros de agua al día. Nunca se debe sustituir el agua por un refresco o por leche. Es importante vigilar sobre todo a niños y ancianos dado que tienen disminuida la sensación de sed. La menor ingesta de agua dificulta la eliminación de desechos y favorece con ello la litiasis renal, así como la deshidratación, especialmente en verano.
REALIZAR EJERCICIO FÍSICO: Que, además, sea frecuente y regular. La tendencia actual es disminuir la actividad física aumentando al mismo tiempo la ingesta energética.
Esto provoca un balance de energía que conduce a la obesidad y favorece la aparición de enfermedades degenerativas y algunos tipos de cáncer. Para evitarlo es necesario realizar una actividad física regular y equilibrar la relación entre la ingesta energética y el gasto.
Recordar además que la actividad física tiene efecto preventivo y terapéutico en infinidad de enfermedades. En el caso de edad avanzada, de que haga tiempo que este ejercicio no se realiza, o exista algún problema de salud añadido, se deberá consultar siempre con un medico antes de poner en marcha un plan de actividad física.
CONOCER ALGUNOS PARÁMETROS IMPORTANTES: Como, por ejemplo, nuestra tensión arterial. Una persona sana siempre se encontrará en niveles inferiores a 140/90 mmHg. La revisión de la tensión arterial es muy importante ya que se puede padecer hipertensión y no sufrir síntomas. También debemos controlar los niveles de colesterol y glucosa: si los resultados de un análisis en ayunas determinan un colesterol superior a 190 mg/dL y a 110 mg/dl de glucosa se deberá consultar con un especialista. La mejor forma para alcanzar un equilibrio en estos parámetros es mediante el seguimiento de una alimentación adecuada y la realización de ejercicio físico.
DORMIR ENTRE 7-8 HORAS DIARIAS. Dormir lo suficiente mejora las funciones físicas y psíquicas, previene enfermedades como por ejemplo las cardiovasculares, favorece el rendimiento mental, e incrementa el rendimiento deportivo, entre otros beneficios para la salud.
CONTROLAR LA ANSIEDAD Y EL ESTRÉS: Ya que suponen un peligro para el corazón y dificultan el seguimiento de un estilo de vida saludable. El stress además de contribuir a la aparición de desórdenes mentales, incide negativamente en muchas patologías que se agravan o aceleran por las consecuencias derivadas de estados de tensión casi permanentes. De hecho, se ha documentado su incidencia en disfunciones relacionadas con el corazón o con los sistemas digestivo, circulatorio u hormonal.
ABANDONAR EL HÁBITO DE FUMAR: Enfermedades como la bronquitis crónica o el enfisema pulmonar, enfermedades coronarias y ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón, bucal o de laringe, entre otros, hallan en el hábito de fumar un factor causal bien conocido.
RESTRINGIR EL CONSUMO DE ALCOHOL: El alcohol es una sustancia que no aporta ningún nutriente, sólo calorías vacías (7,1 kilocalorías por gramo), y tiene efectos nocivos sobre el apetito, el aparato digestivo, el hígado y el sistema nervioso, entre otros. Debe descartarse el consumo de bebidas alcohólicas de alta graduación (whisky, ron, ginebra, vodka) y restringirse el de bebidas de baja graduación (vino tinto y cerveza) a una copa al día, refiriéndonos siempre a adultos sanos (sin restricciones de otra índole). Debemos recordar que en niños y adolescentes esta prohibida cualquier ingesta de alcohol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario