CHAMPIONS | Campeón de Europa tras un baile al United (3-1)
- Cuarta Copa de Europa de los azulgrana en otra exhibición coral incontestable
- Messi, otra vez capital, al deshacer el empate en un latigazo por sorpresa
- El equipo inglés, minimizado ante la superioridad total con balón del rival
- Pedro, Messi y Villa, con un escuadrazo, marcaron para un grupo de época
'El balón es de todos, también es de ustedes' debió de decirles Ferguson a su muchachada y 10 minutos, no más, duró el espejismo. No, el balón es del Barça, amo del fútbol y equipo de época, que hizo'Bellas Artes' con él en la santuario-pradera de Wembley para culminar con su segunda Copa de Europa la era magistral de Guardiola, la tercera de una generación irrepetible de toque total y coral y la cuarta en la vitrina centenaria del club. 'Yo Messi, mis compinches bajitos, una pelota y cuantos más enemigos mejor', debería arrancar la autobiografía del hombre-orquesta argentino. La Pulga coronó la sinfonía colectiva con una actuación decisiva ante lo mejor de la aristocracia inglesa —el United de Ferguson— que terminó arrodillado, raquítico, pidiendo clemencia ante la tremenda superioridad de toque y variedad de recursos. Otra vez más, el fútbol habla en su caso más que los goles. Londres, París, Roma, Londres, la cuadratura perfecta del fútbol porque ni tirando de hemeroteca se encuentra un finalista tan bello y perfecto.
Salió al verde de Wembley el United, intenso, con la iniciativa y la presión arriba y con el coreano Park corriendo por él y por media Inglaterra, con Xavi e Iniesta desconectados en un inicio frío.Chicharito, siempre viviendo al borde del fuera de juego, pero siempre con la escopeta a punto por si acaso, delante de Rooney. Sí, irrealidad, porque el Barça empezó a carburar y el United a temblar, a desesperarse por la superioridad neta de talento combinativo en azulgrana. La muchachada de Guardiola tomó su herramienta el balón y empezó a empotrar a los ingleses en su portería con el concierto de toque en parabrisas y entre líneas con continuos apoyos Xavi e Iniesta y Messi afinando, con desmarques de Villa y Pedro por las alas. Un aviso de Pedro y dos ocasiones en las que Villa probó las estiradas del espárrago Van der Sar. Agua por el momento. Era cuestión de tiempo que el que avisó primero, Pedro, inició el festival con un golazo tras una media apertura maestra de Xavi, que ya era el Von Karajan de siempre, batuta y mando, de apoyo y visión continuada. Alrededor de él y de su colega Iniesta se empezó la fiesta del balón ya con Messi en el centro y con el cetro del fútbol mundial. Y Pedro no falló a la segunda con engaño incluido al portero holandés.
Eso sí, el United, que pasó un rato que le debió parecer un siglo, contestó al primer con un golpe sorpresa de Rooney precedido por un fuera de juego de Giggs, un palmo adelantado. Filtró un pase el bad-boy en tres cuartos y esperó la devolución del viejo general galés para colocar perfectamente el balón fuera del alcance de Valdés. No perdona el bucanero de los 'red devils'. Le das un metro y así se las gasta, pero no tuvo ninguna después. No descompuso su porte de fina estampa el Barça pero el United, con 10 defendiendo y menos de la mitad con licencia para atacar, equilibró el asunto porque también tiene fútbol y orgullo. Pero por mucho que Park se pusiese en su destajo a sudar, que a Rooney nunca se da por vencido, el Barça desconectó a los ingleses con su estilo. Los empujones y sucias artes de Valencia no eran suficiente, la veteranía de Giggs no apareció y el 'Chicharito', aislado. La presión arriba e instantánea, que ha sembrado de cadáveres el fútbol mundial, hizo el resto al condenar a los ingleses a los balonazos largos con Piqué, Busquets y Abidal esperando.
Porque había tablas en el marcador pero la diferencia en el fútbol era neta. Messi repitió su jugada mil veces vista, en la que supera rivales como si fueran estacas, y que no tiene parangón porque no hay antídoto posible a esa suma de acelerón+velocidad+frenazo+visión+toque. Pegó el balón a su bota izquierda, arrastró a un puñado de ingleses a su veloz carrera y abrió para esperar una devolución de Villa a la que no llegó por una pestaña en boca de gol y con tres ingleses pegados a su cogote. Aviso de lo que quedaba por venir.
Y arrancó la segunda parte y allí emergió otra vez la figura atómica deMessi con gol, gigante entre gigantes, para marcar su primer tanto en su isla maldita de Inglaterra y proclamar con hechos por enésima vez que aspira de pleno derecho, sino lo es ya, al simbólico título de mejor futbolista de todos los tiempos. Desde luego, en estos tres últimos años no tienen parangón. El argentino, en una jugada en la frontal con los centrales ingleses contemplativos y estáticos, soltó por sorpresa un latigazo tremendo que pilló a Van der Sar con el campo de visión defectuoso, tapado por un defensa, a pie cambiado, lento de reflejos, cayó como un fardo. La fuerza y la sorpresa tuvieron más efecto que la colocación y el balón se estampó como un misil en la red para dejar claras las diferencias entre el mejor del mundo y un buen equipo en el que desactivaron casi por completo a sus mejores elementos: Rooney y Chicharito.
'Esto sí que es una armada invencible', pensaba ya Ferguson cuando la orquesta rival se hizo aún más dueña de todos los resortes de un juego que empiezan con el principio básico de presión y toque-desmarque con velocidad de pelota. Los bajitos empezaron a lucir más y más fútbol en un deslumbrante repertorio que dejó seca la reacción inglesa pese a la intentona con Nani. Imposible. No especula nunca el Barça con el resultado y empezó a amontonar puro peligro en el área de Van der Sar. Otro baile más de Messi, un puñado de defensas al pairo, y escuadrazo colocado de Villa tremendo, de fuerza y colocación precisa para un gol que corona al mejor finalista de las últimas décadas. Un mundo entre unos y otros, entre el Barça y el United, entre Messi y el resto pese al orgullo de Rooney, un animal herido ante ese culto a la belleza que es el Barça. El mejor grupo que se ha visto jugar al fútbol.
Cielo y gloria en el césped y la grada oeste de los 24.000 de Wembley por la victoria de un grupo de leyenda. No lo duden que esta generación ha logrado igualar en resultados a míticos equipos europeos y supera en estética al Ajax de Cruyff, el Bayern de Beckenbauer, al Milan de Sacchi... Y esperen porque para Messi y sus compinches nada es suficiente. ¿Alguien se atreve a discutirles?
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