El Museo Municipal de Bellas Artes acoge, hasta el 12 de septiembre, una retrospectiva del artista palmero
Santa Cruz de Tenerife, 28 de agosto | Cultura | ASSOPRESS.
“Mi amistad con Cándido fue bastante efímera, pero fue muy bonita. Era una persona abierta, una persona auténtica. Las pinturas que yo vi de Cándido a mi no me mintieron, eran verdaderamente genuinas, todo en él era talento. Puedo decir con autoridad que tenía un genio tremendo”.
El diseñador y fundador de una de las marcas de calzado más prestigiosas del mundo define de esta forma la figura y la obra del artista palmero Cándido Camacho, de quien actualmente se expone una magnífica muestra de sus obras en el Museo Municipal de Bellas Artes.
Coincidiendo con el 60 aniversario de su nacimiento el Organismo Autónomo de Cultura (OAC) del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, que preside la concejal Clara Segura, ha organizado esta exposición retrospectiva que, bajo el título de “Al corazón”, incluye numerosas obras, prácticamente inéditas, que difícilmente se podrán volver a admirar públicamente porque forman parte de colecciones privadas. La muestra podrá ser visitada hasta el 12 de septiembre.
El catálogo de la exposición, editado por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y el Gobierno de Canarias, recoge textos de 23 personajes vinculados con el mundo del arte que lo trataron personalmente y que nos ayudan con sus palabras a acercarnos al artista y a la persona.
Así Manolo Blahnik destaca “su talento, su encanto personal y su universalidad, un ser intemporal que permanecerá siempre en nuestro más vivo sentimiento artístico”.
Seis salas del Museo Municipal de Bellas Artes acogen creaciones de Camacho en pequeño y gran formato, realizadas con diferentes técnicas: óleo sobre lienzo, collage, técnica mixta, grafito y lápiz. También se incluyen 12 dibujos.
La exposición, comisariada por Pedro David Hernández Luis, incluye objetos particulares del pintor nunca antes expuestos (bloc de apuntes, bocetos, paletas, pinceles….).
Hernández Luis destaca que esta muestra puede considerarse como una de las más interesantes dentro del panorama artístico canario que permite recordar y descubrir a uno de los artistas de mayor talento que ha dado la plástica isleña en las últimas décadas del siglo XX.
El catálogo incluye numerosas imágenes en color de la obra de Cándido Camacho realizadas por los fotógrafos Enma Manescau Martín, Gonzalo Cruz, Alejandro Quevedo Bermúdez y Michael Roberts.
Asimismo incluye textos de Manolo Blahnik, Juan Luis Curbelo, Gonzalo Díaz, Carlos Gaviño de Franchy, Gonzalo González, Rosa Inés Lorenzo, Javier Labarga y Teresa Hermenegildo, Magda Lázaro, Yolanda Martín Camacho, Ana María Martín, Teresa Noda, Santiago Castelo, Ángel Viqué y Epifanía Gómez.
Estos escritos, redactados por personajes que lo conocieron personalmente, nos permiten tener una visión más completa del pintor y del ser humano.
El artista Fernando Álamo recuerda que coincidió con Cándido en la Escuela de Bellas Artes de Santa Cruz y hace referencia a las primeras exposiciones del pintor.
Jaime de Armas escribe que Cándido Camacho fue, es y será un artista, un pintor y un gran amigo y evoca las charlas y críticas artísticas compartidas.
Fernando Barragán Mederos señala cómo entabló amistad con Camacho y los gustos que compartían: las imágenes de vírgenes, la admiración por Marlene Dietrich y las piedras preciosas. Asegura que, a pesar de su muerte, su pintura sigue siendo su forma de comunicarse.
Óscar Benítez asegura en su escrito cómo conoció la obra de Cándido Camacho y posteriormente hizo amistad con él y fue siguiendo su trayectoria artística.
Mariano Cáceres Pérez traza un evocador recuerdo del artista y cómo sigue presente, a través de su obra y sus objetos personales, porque como decía el pintor “morir es sólo dormir”.
Lola del Castillo resalta que fue en la Sala Conca donde la mayoría de la denominada “generación del 70 se dio a conocer, y sirvió de lugar de encuentro de los artistas de la época. De la obra del pintor palmero destaca su sensualidad y erotismo, con un resultado final de gran sutileza.
Francisco J. Castro Feliciano evoca no sólo al artista, sino principalmente a la persona, al ser humano y a la relación de amistad que se forjó entre ellos dos y su mujer.
Nano Doreste resalta que su obra producía en ocasiones estupor y escándalo y añade que no cabe duda que “su trabajo, imprescindible y acusadoramente personal, marcó un hito en el contexto del que venían realizando los miembros de su generación, conocida luego como la de “los 70”.
El resto de los personajes se centran tanto en la faceta artística como en las cualidades humanas de Cándido Camacho.
CÁNDIDO CAMACHO
Sin duda alguna, es uno de los máximos representantes de la plástica del arte canario contemporáneo.
Nace en Tazacorte (La Palma) el 3 de junio de 1951 y muere el 23 de mayo de 1992 en accidente de tráfico cuando regresaba de Granada hacia Madrid tras visitar la expo de Al-Andalus, a la altura de la provincia de Jaén.
Su obra, erótica y sensual, es el cóctel de un idealismo íntimo, que se crea y transforma y muestra a través de la plástica, del collage, o de la interminable y limpia línea de sus dibujos. Con inspiración de personajes del papel couche, influencias artísticas o vivencias culturales de su isla natal, que las interpreta y nos las presenta en los más diversos materiales, nunca sin dejarnos de sorprender, nunca sin pasar desapercibido. Altamente surrealista, exquisito, elitista, innovador y provocador, toma como referencia multitud de materiales; marcos rotos, insectos, angelitos, elásticos, cera de cirios, los cuales rescata y los hace participes y protagonistas de su obra, siempre envuelta en escándalo por la innovación que las caracteriza.
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