Málaga, 17 de enero de 2012 / Carta al Director / Jorge Hernández Mollar (*)
Sr. Director:
Así le hemos tratado siempre en el partido desde su fundación. Generaba respeto, autoridad política, moral e intelectual y una artificial distancia que en el trato próximo y personal se convertía en una inusitada atención ante las cuestiones que se le planteaban además de una inmediata reacción para buscar la solución adecuada.
Esta descripción de uno de los aspectos de su fuerte personalidad, amable y entrañable al mismo tiempo, es fruto de una de mis vivencias personales durante los años de su presidencia. Don Manuel Fraga Iribarne ya ha pasado a formar parte de la historia de España. Como todos los grandes personajes, se le recordará desde sus aciertos y errores como cualquier ser humano. Pero su aportación al devenir político de España ha sido la de un gran estadista que figurará a partir de ahora en el cuadro de honor de los políticos más relevantes de nuestra historia.
Supo descubrir en el turismo una de las fortalezas de nuestro desarrollo, se movió con imaginación y determinación política en las procelosas aguas de la dictadura y cooperó con gran inteligencia y un alto nivel profesional y político en el desarrollo de nuestra Constitución, cimiento básico y fundamental de nuestra moderna democracia.
Desde su presidencia fundacional de Alianza Popular, hoy Partido Popular, sufrió los ataques, traiciones y vaivenes que con lleva el día a día del transcurrir de un partido, pero su “idea” del Estado, su firme decisión de aunar a los españoles que compartíamos con él un modelo de sociedad articulada alrededor de una ideología de centro derecha y su entrega sin límites al partido que fundó, le ha valido el respeto de toda la sociedad española y el cariño que siempre, desde la cercanía de afiliados y simpatizantes del partido, hemos querido demostrar a quien hoy disfruta ya de su merecido descanso con el que Dios le sabrá recompensar.
(*) Afiliado del Partido Popular
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