Ingenio, 29 de febrero de 2012 / Artículo de Opinión / D.Jesús Cabrera Fleitas
Imagínese que un grupo de ganaderos y agricultores responden solidariamente ante la negativa de obtener ayudas económicas de su ayuntamiento.
Imagínese que se ponen a la labor y consiguen crear una mención anual donde es nombrado ganadero del año por elección democrática de entre ellos mismos, sin que agencie por medio condicionante o requisitos institucionales.
Imagínese que después de estar enfrentados y reñidos por criterios subjetivos de premios y galardones a sus animales en pasadas ferias, optan este año a que no haya más disputas y que la unión vale más que premio alguno, decretando así entre todos que cada uno piensa que su animal es el mejor y por ello habrá que respetarlo, acabando así con años de conflictos para convencerse de que estar unidos es la única opción ante la crisis.
Imagínese que todo ese grupo de ganaderos y agricultores del municipio consiguen recuperar una tradición perdida y pasan con sus animales por delante de la Virgen de La Candelaria, como lo hicieron sus padres y sus abuelos, creando así precedentes para continuar con tan hermoso acto.
Imagínese que a pesar de que hubo oposiciones políticas, religiosas y de otra índole para que la iniciativa llegase con éxito al día de la fiesta, los ganaderos continuaron con su conocido tesón y enorme fuerza de voluntad en participar desinteresadamente en los actos que se realizaran en las fiestas de su pueblo, y en cuanto de su mano estuviera sin tener en cuenta obstáculo alguno.
Pero deje de imaginar, pues si en estos tiempos de crisis parece que todo depende de los riesgos y las rentabilidades a corto o largo plazo, en este caso sólo importaba continuar con la posibilidad de que los niños del pueblo de Ingenio, las familias, los abuelos y todos los que año tras año habían asistido en el día grande a los actos más enraizados, este año no dejaran de tener su feria de ganado.
Ante tal iniciativa y número de participantes de animales, se unieron varias asociaciones de criadores de canarios, de gallos de pelea, de amigos del caballo, etc., apelados tal vez por el gesto de quienes están cada día raspando barrancos y cercados para darle de comer a sus animales sin que la embrollada crisis llegue a sus cuadras.
De esta manera la propuesta de la Concejalía de Medioambiente, con un presupuesto ajustado y diminuto, vino a aportar la coordinación de todo este grupo solidario y dio a repartir el escaso dinero dispuesto para tal evento, entre todos los ganaderos de la Villa de Ingenio, a todos por igual, creando así una verdadera dinámica de equivalencia, solidaridad, equidistribución y cooperación, donde valores que no se disponen en bolsa o en entidades financieras, sí que dicen mucho del sector primario en nuestro pueblo.
Por último imagínese que durante la celebración de la feria de ganado desarrollan un taller infantil de dibujo para que los niños plasmaran su feria de ganado en una exposición creativa que podemos contemplar aún en la entrada del Ayuntamiento de Ingenio y que con ella podemos continuar imaginando que otro municipio es posible, donde estemos mas condicionados por la disponibilidad de participación, voluntariado y solidaridad que por los presupuestos municipales, los plenos ajenos al pueblo o las innumerables normativas institucionales de prohibir hasta lo prohibido.
Si en todo esto han tenido alguna dificultad para imaginar, busque qué es lo que le impide sumar fuerzas humanas y qué obstáculos arrastra para que la unidad de un grupo de personas sea aparentemente tan difícil y, por fin así, sumando, aunando e imaginando, otras fiestas han sido posibles este año en las Fiestas de La Candelaria de la Villa de Ingenio.
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