Málaga, 12 de abril de 2012 / Cartas al Director / Elena Baeza
No entiendo la agresiva ofensiva desencadenada por el laicismo anticlerical contra el obispo de Alcalá de Henares, por su homilía en los oficios del Viernes Santo. Y, casi estoy segura que muchos ni la habrán han oído ni leído, pero el mundo de la ortodoxia laicista la ha sacado de contexto.
Todo este revuelo, porque Mons. Reig Pla ha dicho en público, lo que cualquier cristiano de a pie sabe por el Catecismo de la Iglesia Católica, que hay conductas como el aborto, el adulterio, el mal comportamiento de algunos empresarios y trabajadores en sus relaciones laborales, las drogas, el alcohol, los sacerdotes que llevan una doble vida y también ciertas conductas homosexuales. "Conductas" no ejemplares, que ejerciéndolas, ofenden a la Ley de Dios.
¿En algún momento Mons. Reig ha separado su mensaje de la doctrina de la Santa Iglesia?
Es cierto que hablar de pecado en una sociedad secularizada se ha convertido en algo contrario a lo que se considera hipócritamente como “políticamente incorrecto”. ¿Pero es que la Iglesia no puede intentar agradar a todos ni buscar el aplauso?
Les han molestado las palabras de Mons. Reig igual que hace 20 siglos les molestaron las palabras de Jesús. Ya lo dijo Él: “No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Jn 15, 18-20).
Don Juan Antonio, ha demostrado usted ser coherente con su cometido de pastor de la grey que Cristo y el Papa le ha encomendado.
¡Gracias Monseñor por su valentía y, que Dios le bendiga!
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