"Una
gran Democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o Democracia".
Theodore Roosevelt, 26 Presidente EEUU.
Santa Cruz de Tenerife (Canarias), 17 de agosto de 2012 / Artículo de Opinión / Alfonso J. López Torres (*)
En estos tiempos que corren la Política no es
precisamente la ocupación más popular ni más valorada por los ciudadanos. Pero
nunca debemos olvidar que alguien debe ocuparse indefectiblemente de la función
pública para que la sociedad en que vivimos se mantenga, avance, salga de esta
crisis de principios y económica, y deje a un lado lo que no ha funcionado,
mejore lo mejorable o invente que sea necesario de innovar.
Muchas son las ideas que colectivos sociales y de
todo tipo proponen para mejorar el
ejercicio de la Política, pero si algo
novedoso hay al respecto y que llama la atención por sus planteamientos es un
Estudio publicado por cinco profesores (AlessandroPluchino, Cesare Garofalo,
Andrea Rapisarda, Salvatore Spagarno y
Murizio Caserta) de la Universidad de Catania, Italia, que proponen elegir a
los legisladores, sino a todos a parte de ellos, por azar.
En la Grecia Antigua, cuna de la Democracia, gran
parte de los Legisladores eran elegidos por sorteo al objeto de evitar la
degeneración típica de cualquier institución representativa. En las Democracias
modernas, sin embargo, lo usual es elegir a nuestros representantes única y
exclusivamente por medio del sistema de
los partidos políticos.
El debate y el conflicto sobre la eficiencia del
sistema surge al analizar la eficacia de los Parlamentos actuales, condicionada
porque en gran parte los miembros de los
mismos a la hora de emitir su voto están sometidos a una doble dependencia: la
disciplina de partido y su interés particular en no ver comprometida su
reelección en el cargo.
El estudio antes citado demuestra basándose en el
llamado Diagrama de Cipolla (ideado en 1976 por Carlo M. Cipolla historiador
económico italiano, Profesor en la Universidad de California en Berkeley), que
un modelo representativo en el que una parte de los legisladores son elegidos
al azar, la eficiencia de dichos Parlamentos aumenta dado que dichos
representantes no están sometidos al condicionamiento de ningún partido ni
contemplan la reelección en el cargo. Con este sistema el numero de leyes
aprobadas es mayor y también lo son las de carácter social.
Cipolla en otro estudio titulado "Leyes
fundamentales de la estupidez humana"
clasifica a las personas en cuatro tipos: incautos, inteligentes,
malvados y estúpidos. Los seres humanos
tienen que soportar su carga cotidiana de tribulaciones, temores,
frustraciones, penas y adversidades. Es por ello que necesitan y piden que
quienes les dirigen y rigen la sociedad el la que viven no les añadan dosis
extras de tribulaciones, sino quienes hagan más llevadera su vida.
No podemos en los tiempos tan difíciles que
corren elegir personas incautas,
malvadas o estúpidas para conducir nuestros destinos. Necesitamos que sean los
mejores los que lo hagan. Sin llegar a los extremos citados en este escrito, o
si, debemos buscar fórmulas que nos aseguren que así suceda.
El Presidente Federal de mi partido el Centro
Canario Nacionalista, Ignacio González, ha
propuesto que se reduzca el número de Diputados del Parlamento de
Canarias de los 60 actuales a 32, lo que permitiría reducir el coste de la
Institución sin restarle ni eficacia ni representatividad. Quizás esta
reducción también garantizaría la supervivencia del sistema actual por la
selección de los mejores por méritos de preparación y capacidad.
"El
poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente".
Dictum de Acton. Lord Acton, 1887.
(*) Vicesecretario Federal
Organización CCN
@AlfonsoJLT
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