Galo Ponte y Escartín fue un aragonés ilustre, magistrado y
Ministro de Gracia y Justicia en la época de Primo de Rivera. Visitó el
archipiélago canario en 1927 principalmente para dar solución pactada al pleito
de La Aldea que estaba en punto muerto desde hacía años.
¿Qué ocurrió en el pleito de La Aldea?
Al promulgarse la Ley de Registros de la Propiedad las fincas
se inmatriculan, primera inscripción, en el Registro, lo que inicia el derecho
registral del propietario. La fundación de los Registros data de 1861 y
sustituye a las Contadurías de Hipotecas.
Bueno, pues en 1861 el farmacéutico
de La Aldea aprovechándose de que los aldeanos eran analfabetos inscribe a su
nombre la totalidad del Valle, desde la cumbre hasta el mar, y se va del pueblo
para que no lo maten, claro.
El pleito se inicia varios años mas tarde cuando el primer
aldeano va a inscribir su casa y tierras y dura más de 50 años con varias
vicisitudes judiciales a favor de unos y de otros. Al no tener solución procesal
el Ministro de Gracia y Justicia viene en 1927 a dar una solución pactada al
problema judicial que esta en vía muerta. Galo Ponte visita varias islas y de
camino a La Aldea tiene que pasar por Agaete para ir en barca hasta La Aldea,
circunstancia que aprovecha el Alcalde para lanzar al Sr. Ministro una diatriba
inolvidable. Le pide una maestra prostituta.
El Alcalde de Agaete tras dar la Bienvenida al Sr. Ministro
le ruega que nombre urgentemente una maestra prostituta porque la Sra. Maestra
ha muerto hace dos años, los pueblos de alrededor tienen maestra y los niños de
Agaete están desatendidos. Por todo lo cual le ruega al Sr. Ministro que nombre
urgentemente una maestra prostituta para el pueblo por ser una necesidad social
perentoria.
Ministro, Gobernador Civil y otras autoridades se quedan de
piedra y con los ojos cuadrados y al distanciarse de ellos el Secretario del
Ayuntamiento le dice al Alcalde:
- ¡Sr.
Alcalde, que ha hecho! ¡Es una maestra sustituta, no prostituta!
A lo que el Alcalde contesta:
- Si
le pido una maestra sustituta al salir del pueblo se le olvida, así se acuerda
seguro y al llegar a Madrid firma el nombramiento.
La historia fue referida por los
nietos del Alcalde, de quien es el mérito del suceso.
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