13 nuevos detenidos dentro del Plan Policial contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual
Una de las víctimas de la organización, que consiguió escapar, fue la que puso a la Policía Nacional sobre la pista, tras ser localizada llorando en la estación de tren de Sevilla
La mujer había sido vendida a la organización en Rumanía por su propia pareja sentimental
Los proxenetas regentaban dos locales de alterne en Fuengirola y en Mijas, este último destinado a clientes de muy alto poder adquisitivo
Además, aprovecharon su presencia en España para cometer delitos contra el patrimonio mediante el método del “lazo libanés”, que atrapa las tarjetas o el dinero en cajeros automáticos
Málaga (Andalucía), 27 de agosto de 2013 / Sucesos - Trata de seres Humanos / Gabinete de Prensa.
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización dedicada a captar mujeres y trasladarlas a España para su explotación sexual en clubes y casas de citas de Málaga. Una de las víctimas de la organización, que consiguió escapar, fue la que puso a la Policía sobre la pista, tras ser localizada llorando en la estación de tren de Sevilla. La mujer había sido vendida a la organización en Rumanía por su propia pareja sentimental. Los proxenetas regentaban dos locales de alterne en Fuengirola y en Mijas, este último destinado a clientes de muy alto poder adquisitivo. Además, los miembros de la organización perpetraban delitos contra el patrimonio en cajeros automáticos por el método del “tenedor”, con el que se consigue retener el dinero.
La investigación comenzó el pasado mes de mayo, cuando agentes de la Policía Nacional que patrullaban por la estación de tren de Santa Justa, en Sevilla, observaron a una mujer llorando. Al acercarse para ayudarla, ésta explicó que había huido de una organización que la obligaba a ejercer la prostitución contra su voluntad.
La joven también explicó que había sido vendida en Rumanía por su propia pareja sentimental a una organización que la trasladó a un piso de Bucarest. En ese piso comenzaron las agresiones. La víctima fue encerrada en una habitación, donde fue amenazada, golpeada e incluso violada y donde le comunicaron que a partir de ese momento ella era propiedad de la organización y debía ejercer la prostitución para ellos.
Días más tarde fue traída a España, concretamente a Fuengirola (Málaga), donde fue obligada a ejercer la prostitución en un club de alterne. En todo momento estaba acompañada por sus explotadores, quienes, al final de cada jornada, se encargaban de recoger todas las ganancias obtenidas. En estas condiciones permaneció hasta que, en un descuido, consiguió escapar de sus explotadores y llegó a entablar contacto con la Policía en Sevilla.
Asistencia e investigaciones
Una vez le fue proporcionada a la víctima la protección que necesitaba comenzaron las pesquisas, que permitieron averiguar el “modus operandi” utilizado por la organización. Parte del grupo se encargaba de la captación de víctimas en sus países de origen (Rumanía, República Dominicana, Venezuela, etc.) Una vez en España, las víctimas eran renovadas con frecuencia y rotaban continuamente por los distintos locales de la organización, lo que permitía captar nuevos clientes cada día.
Fruto de los enormes beneficios obtenidos de esta actividad delictiva, además de clubes de alterne, la organización había adquirido una villa de lujo en la localidad de Mijas (Málaga), donde era atendida una clientela más selecta.
“Relaciones Públicas”
Con objeto de promocionar los locales, la organización tenía dos “Relaciones Públicas” contratados ilegalmente que, además de conocer la actividad ilícita que en ellos se desarrollaba, participaban también en la misma vigilando a las mujeres y transmitiendo las instrucciones recibidas de los responsables de la organización.
Las víctimas eran controladas en todo momento por miembros de la organización que hacían las veces de “encargados” de los locales, así como por los “relaciones públicas”. Unos y otros, además de mantenerlas retenidas, les indicaban el tipo de vestimenta que debían utilizar para atraer a los clientes y las obligaban a alternar y mantener posteriormente relaciones sexuales con los mismos, incluso cuando estaban enfermas o se encontraban indispuestas por cualquier causa. Una vez terminaban su jornada, debían abonar el importe íntegro de las consumiciones y servicios sexuales prestados a los “encargados”, siendo ellos los que posteriormente repartirían los beneficios entre el local y las víctimas:
Tanto la contabilidad relativa a consumiciones y servicios sexuales, como el abono por sábanas y otros consumibles sexuales eran minuciosamente anotados en cuadernos y libretas y guardados bajo llave, mientras que el dinero se introducía en cajas fuertes. Las sábanas y otros utensilios sexuales eran adquiridos por los propietarios de los locales y revendidos a las mujeres explotadas a precios desorbitados en las casas de citas, lo cual también proporcionaba importantes beneficios a la organización. Cuando no estaban trabajando, las mujeres eran encerradas en habitaciones en muy malas condiciones de salubridad e higiene, lo cual contrastaba enormemente con el lujo y el cuidado que la organización daba a la parte de los inmuebles dedicada al alterne y la prostitución.
Delitos contra el patrimonio
Los investigadores averiguaron que la organización, además de a la trata de mujeres con fines de explotación sexual, se dedicaba también a la colocación de “tenedores” en cajeros automáticos, para lo que contaba con miembros especializados. Este tipo delictivo consiste en instalar en cajeros automáticos de entidades bancarias un dispositivo que atrapa el dinero de los clientes, que creen que el cajero sufre algún tipo de anomalía.
La operación se ha llevado a cabo en dos fases: una primera en la que han sido detenidos cuatro individuos y una segunda, en la que se ha arrestado a un total de nueve personas. Se han practicado tres registros, dos en locales de alterne y uno en un domicilio particular, en los que se han incautado los siguientes efectos: pasaportes de potenciales víctimas, varias papelinas de sustancia estupefaciente, 4.500€ en efectivo y numerosos utensilios para la realización de los “lazos libaneses” en cajeros automáticos.
La operación ha sido desarrollada por agentes de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y las UCRIF de Málaga y Sevilla. Además han participado la Tesorería General de la Seguridad Social de Málaga, la Agregaduría de Interior de Rumanía en España y UVAO de Málaga, así como la UPR de Fuengirola (Málaga).
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