Santa Cruz de Tenerife (Canarias), 03 de Agosto de 2013 / Artículo de Opinión / Alfonso J. López Torres (Secretario Federal CCN)
La fuerza, el ardor, la tenacidad y la pasión de los agricultores canarios que cultivan la vid en nuestro Archipiélago desde tiempos remotos, enfrentando cada día las dificultades que plantea una naturaleza áspera, una orografía con desigualdad altitudinal en las siete islas y con disposición radial de barrancos en casi todas ellas y la especial orientación de las cumbres, pero que aún así hace de Canarias uno de los paisajes más bonitos y únicos en el mundo, permite que en condiciones medioambientales únicas se cultiven viñedos de los cuales nacen vinos de aromas y sabores irrepetibles y que contienen el gusto intenso de un desafío de la Naturaleza vencido con el esfuerzo del hombre canario para adaptar los recursos que ésta le ofrece.
La viticultura heroica es una expresión de la audacia y el coraje, de la disponibilidad de personas que trabajan en territorios geográficos peculiares y difíciles, que colaboran de manera fundamental para conservar el medio ambiente en zonas tan sensibles como son nuestras Islas Canarias.
El Centro de Investigación, Estudios, Salvaguardia, Coordinación y Valorización de la Viticultura de Montaña (CERVIM), fija las características de este tipo de viticultura en cuatro condiciones, condiciones las cuales cumple todo el viñedo canario: que los viñedos estén situados por encima de los trescientos metros de altitud, que los terrenos tengan pendientes superiores al 30%, que haya cultivos en terrazas y, de forma genérica, que los viñedos estén situados en difíciles condiciones de cultivo.
Es por ello que debemos tutelar por su interés paisajístico y cultural las vides cultivadas de esta manera, que crecen en ambientes no contaminados y que constituyen un ejemplo de biodiversidad, que da lugar a vinos originales, insólitos, singulares y de características organolépticas superiores.
Si queremos salvaguardar nuestra viticultura no será suficiente mejorar la técnica. Tendremos que considerar todos los aspectos, incluyendo los medioambientales, los sociales, los culturales y los políticos. Deberemos cuidar una viticultura marginal, que representa un pequeño porcentaje de la superficie vitícola europea, pero que está íntimamente ligada con la economía, la sociedad, el medio ambiente y la cultura de nuestra región. Acometeremos soluciones para la protección del territorio, para reducir los costes de producción y para revalorizar la validad de nuestros productos vitivinícolas.
Nuestros vinos de DO Abona, El Hierro, Gran Canaria, Lanzarote, La Gomera, La Palma, Tacoronte – Acentejo, Valle de Güimar, La Orotava e Ycoden – Daute – Isora e Islas Canarias lo merecen. Y como dice el dicho canario sobre el vino, refiriéndose a la uva y el vino: “No soy Dios ni pienso serlo, siendo la tierra mi madre, y ahora he venido a ser hijo del eterno padre.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario