domingo, 24 de noviembre de 2013

Defender la vida con el argumento adecuado

Olot (Girona), 24 de noviembre de 2013 / Artículo de opinión / JD Mez Madrid.

La vida se defiende con buenos argumentos y uno de los mejores lo da la vida misma. Por eso los rescatadores de mujeres que se acercan a las clínicas abortistas han decidido dejar que la vida hable por sí misma.

Y esa voz del niño que está por nacer se escucha con claridad meridiana a través de las ecografías. La vida que se abre camino tiene un latido distinto del de la madre. Es un sonido que impresiona y demuestra que hay allí una persona diferente de la madre. Llegados a ese punto es más fácil pasar al siguiente argumento: esa persona diferente de la madre merece un trato tan digno como el de la madre.

Pero a veces no basta. Y miles de personas por todo el mundo dedican sus ratos de oración a los no nacidos y a sus madres. Es otro argumento de peso. Todas esas oraciones destinadas para tal fin, todos esos rosarios desgranados a la puerta de los abortorios, se suman a las ecografías que los provida están sacando a las calles.

La medida no es baladí. Resulta que una de las prácticas más habituales en estas clínicas de la muerte consiste en impedir que las madres que quieren acabar con sus hijos escuchen el latido de su corazón o vean su imagen en el monitor de las ecografías. Y justo con este argumento ha salido a la calle LifeChoice en Denver. Una buena idea.

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