Piotr Kropotkin, tras examinar las pruebas de la cooperación en comunidades de animales no humanos, llega a la conclusión de que la cooperación y la ayuda mutua son tan importantes en la evolución de la especie, como lo es la competencia y la lucha mutua, en caso de no ser más. (El apoyo mutuo: un factor en la evolución)
Santa Cruz de Tenerife (Canarias), 07 de junio de 2014 / Artículo de Opinión / Pedro González Cánovas
La desigualdad no es un concepto humano asumido por propia naturaleza. La desigualdad es creada por humanos que adquieren más poder que otros y actúan de forma injusta y abusiva, tratando a los que tienen menos poder como seres inferiores.
Los seres humanos tienen un vínculo natural de amor y afecto uno por los otros, convirtiéndonos en animales sociales y esta línea de moral debe ser fortificada en la búsqueda de la igualdad.
La idea de igualdad básica entre todos los seres humanos es desde el principio de los tiempos, pero discutida desde entonces por quienes se atrevían a usar cualquier poder extraordinario para abusar del resto. El principio de igualdad social, ese principio, debe ser la base para cualquier sociedad humana y es esencial para promover la unidad social.
Asimismo en una estructura social ideal habría muchos diferentes puntos de vista y opiniones ya que la diversidad es una ley de la naturaleza. Esta diversidad es la razón de la belleza y el vigor de la cultura humana. Comparar las diferentes apariencias y usar esto para dividir a las personas promoviendo sentimientos emocionales divisorios es perjudicial para el crecimiento de la sociedad, porque debilita el vigor de la unidad social. Ideas de división basada en razas, clases, castas, religión, sexo, etc. son producto de egoístas y robos de poderes que deberían estar al servicio del global. Las personas deben ser educadas y mentalmente fortalecidas a fin de no caer en tales sentimientos, promulgando un único concepto de Justicia Social, que nunca puede tener otro fundamento que la igualdad real.
En el camino del progreso, el ser humano ha de aprender a imprimir un concepto de igualdad a todo ser vivo que se traduzca en el respeto, no sólo al derecho a la vida, sino a las condiciones de vida de otras especies, procurando que la influencia humana sobre ellas nunca sea dañina.
Cuando todas las personas nos eduquemos para caminar en esta senda, es cuando de verdad podremos hablar de la igualdad social y de género, sin despreciar a nadie por razones de sexo, orientación sexual, o raza, acabando primero con la sociedad que impone clases sociales y diferencia entre los dueños del aparato de producción y los que hacen funcionar ese aparato; entre clase alta y clase trabajadora: entre explotadores y explotados.
El especismo es un término acuñado en 1970 por el psicólogo Richard D. Ryder, quien lo aplicó para describir la existencia de una discriminación moral basada en la diferencia de especie animal. Entre los humanos, la representación más común del especismo es el antropocentrismo moral, es decir, la infravaloración de los intereses de quienes no pertenecen a la especie Homo sapiens. Por otro lado, están los bienestaristas, donde se sitúa hoy a las personas y asociaciones que se denominan o utilizan término como "movimiento de defensa animal" que aunque es más amplio, incluye a los bienestaristas y a los abolicionistas, que entienden que la igualdad parte de la abolición total de las diferencias de derechos creadas por los especicistas que también defienden, además de ponerle fin al especismo, la constante sexista social o la desidia por enfrentar otros tipos de discriminaciones, subordinaciones y opresiones asociadas al poder, al Capitalismo, al racismo, etc.
Para conseguir una igualdad real tenemos que seguir trabajando cada día en nuestra sociedad. Pero, además, es hora de empezar a mostrarnos abolicionistas con el maltrato o cautiverio de otras especies, sin olvidar las carencias - en cuanto a igualdad- que impone la sociedad Machista y Capitalista entre nuestra propia especie, para de verdad progresar y evolucionar correctamente, junto al resto del Planeta.
(*) Miembro de Alternativa Nacionalista Canarias
http://pedro-gonzalez-canovas.webnode.es/
Santa Cruz de Tenerife (Canarias), 07 de junio de 2014 / Artículo de Opinión / Pedro González Cánovas
La desigualdad no es un concepto humano asumido por propia naturaleza. La desigualdad es creada por humanos que adquieren más poder que otros y actúan de forma injusta y abusiva, tratando a los que tienen menos poder como seres inferiores.
Los seres humanos tienen un vínculo natural de amor y afecto uno por los otros, convirtiéndonos en animales sociales y esta línea de moral debe ser fortificada en la búsqueda de la igualdad.
La idea de igualdad básica entre todos los seres humanos es desde el principio de los tiempos, pero discutida desde entonces por quienes se atrevían a usar cualquier poder extraordinario para abusar del resto. El principio de igualdad social, ese principio, debe ser la base para cualquier sociedad humana y es esencial para promover la unidad social.
Asimismo en una estructura social ideal habría muchos diferentes puntos de vista y opiniones ya que la diversidad es una ley de la naturaleza. Esta diversidad es la razón de la belleza y el vigor de la cultura humana. Comparar las diferentes apariencias y usar esto para dividir a las personas promoviendo sentimientos emocionales divisorios es perjudicial para el crecimiento de la sociedad, porque debilita el vigor de la unidad social. Ideas de división basada en razas, clases, castas, religión, sexo, etc. son producto de egoístas y robos de poderes que deberían estar al servicio del global. Las personas deben ser educadas y mentalmente fortalecidas a fin de no caer en tales sentimientos, promulgando un único concepto de Justicia Social, que nunca puede tener otro fundamento que la igualdad real.
En el camino del progreso, el ser humano ha de aprender a imprimir un concepto de igualdad a todo ser vivo que se traduzca en el respeto, no sólo al derecho a la vida, sino a las condiciones de vida de otras especies, procurando que la influencia humana sobre ellas nunca sea dañina.
Cuando todas las personas nos eduquemos para caminar en esta senda, es cuando de verdad podremos hablar de la igualdad social y de género, sin despreciar a nadie por razones de sexo, orientación sexual, o raza, acabando primero con la sociedad que impone clases sociales y diferencia entre los dueños del aparato de producción y los que hacen funcionar ese aparato; entre clase alta y clase trabajadora: entre explotadores y explotados.
El especismo es un término acuñado en 1970 por el psicólogo Richard D. Ryder, quien lo aplicó para describir la existencia de una discriminación moral basada en la diferencia de especie animal. Entre los humanos, la representación más común del especismo es el antropocentrismo moral, es decir, la infravaloración de los intereses de quienes no pertenecen a la especie Homo sapiens. Por otro lado, están los bienestaristas, donde se sitúa hoy a las personas y asociaciones que se denominan o utilizan término como "movimiento de defensa animal" que aunque es más amplio, incluye a los bienestaristas y a los abolicionistas, que entienden que la igualdad parte de la abolición total de las diferencias de derechos creadas por los especicistas que también defienden, además de ponerle fin al especismo, la constante sexista social o la desidia por enfrentar otros tipos de discriminaciones, subordinaciones y opresiones asociadas al poder, al Capitalismo, al racismo, etc.
Para conseguir una igualdad real tenemos que seguir trabajando cada día en nuestra sociedad. Pero, además, es hora de empezar a mostrarnos abolicionistas con el maltrato o cautiverio de otras especies, sin olvidar las carencias - en cuanto a igualdad- que impone la sociedad Machista y Capitalista entre nuestra propia especie, para de verdad progresar y evolucionar correctamente, junto al resto del Planeta.
(*) Miembro de Alternativa Nacionalista Canarias
http://pedro-gonzalez-canovas.webnode.es/
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