Sant Feliu de Guíxols (Girona), 07 de agosto de 2014 / Cartas al Director / Pedro García.
A principios del pasado mes de julio conocimos unos datos demográficos preocupantes. En 2013 más de medio millón de personas abandonó España y sólo 300.000 decidieron venir, lo que hizo que a uno de enero de 2014 la población se situara en poco más de 46 millones y medio. Por segundo año consecutivo desciende el número de personas que viven en nuestro país. Las cifras son consecuencia de dos tendencias. La primera es que España ha dejado de ser un país de inmigrantes para convertirse en un país de emigrantes. El saldo migratorio es negativo. La situación económica y la mejora de las condiciones de vida en países como Ecuador y Perú han hecho que muchos de los que vinieron hace años se estén marchando.
A eso hay que añadir una baja tasa de fertilidad. No hay suficientes nacimientos para equilibrar las defunciones. Las españolas tienen pocos hijos. En algunos casos por opción personal, pero en muchos otros casos por que el contexto laboral, familiar y social se lo hace muy difícil cuando no imposible. La Cátedra de Política Familiar ha realizado numerosos estudios en los últimos años en los que se refleja que la mujer española quisiera tener más hijos pero en muchos casos se ve empujada a posponer la decisión o a olvidarse de su propósito. La España menguante tiene consecuencias económicas y sociales. Los poderes públicos deben remover los numerosos obstáculos para las mujeres que quieren ser madres y no pueden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario