martes, 17 de febrero de 2015

I Centenario del Arma Submarina de la Armada Española. Entrevista a su Comandante

Las Palmas de Gran Canaria (Canarias), 17 de febrero de 2015 / La Armada - Entrevista / José Antonio Cabrera. ASSOPRESS

El comandante del Arma Submarina, capitán de Navío José Sierra, ha señalado que, los últimos años, un reto importante que ha tenido que afrontar el Arma ha sido la paulatina disminución de unidades que, junto con la consecuente disminución de personal, ha requerido una significativa adaptación de los medios disponibles.

En entrevista​,​ el CN Sierra ha hablado de las diferentes etapas de prosperidad y escasez por las que ha pasado el Arma y ha destacado el espíritu de abnegación y sacrificio del personal a lo largo de estos 100 años.

¿Qué supone para el Arma Submarina cumplir 100 años? ¿Y para el jefe del Arma?

Es un importante hito que culmina una andadura llena de vicisitudes diversas. Desde el esplendoroso comienzo de los años 30, con 16 submarinos, hasta momentos también de dura escasez de medios, y ya en la década de los 60 con la iniciación de un programa naval ambicioso que culminó con la entrada en servicio durante la década de los 80 de nuestras unidades actuales.

Como Comandante del Arma Submarina, me siento muy orgulloso en primer lugar de serlo, ya que con ello culmina una carrera que comencé hace 28 años, habiendo servido a bordo de estas unidades con distintas responsabilidades. Y en cuanto a que el Arma Submarina celebre su centenario bajo mi mando, tengo que decir que es un gran reto por cuanto a la responsabilidad que conlleva la preparación y ejecución de las diversas actividades conmemorativas, en las que vamos a tener un lógico protagonismo.

¿Qué destaca de estos 100 años?

Independientemente de los medios más o menos numerosos con los que ha contado el Arma Submarina en estos 100 años, destacaría un factor común a lo largo de su historia, que es el espíritu de discreta abnegación y sacrificio inculcado por los fundadores del Arma, espíritu que ha pasado de generación en generación y ha caracterizado siempre y a pesar de todo al personal que ha servido a bordo de estos buques, de la Escuela y de la Base de Submarinos.

Son los oficiales, suboficiales, marinería, tanto de reemplazo como profesional, y personal civil los que han hecho posible haber llegado a la celebración de esta efemérides.

El lema del Arma es “Ad utrumque paratus”, ¿cómo es la preparación del personal del Arma Submarina?

El lema del Arma Submarina viene a significar “Siempre dispuestos”. Para ser submarinista se necesita una preparación exigente y continuada. Supone en primer lugar efectuar un curso de especialización en la Escuela de Submarinos para obtener la cualificación que nos va a permitir servir a bordo de estas unidades. Además de la materia teórica, estos cursos tienen un gran componente práctico, tanto en simuladores como en la mar. Y ya durante nuestra carrera, la ejecución de ejercicios y actividades de adiestramiento básico o avanzado, comunes a cualquier unidad de la Armada, se complementa con programas específicos de adiestramiento en simulador y cursos monográficos.

El servicio en un submarino difiere de cualquier otro destino en la Armada, ¿cuál es el atractivo de estar destinado en un submarino?

No es una pregunta fácil. ¿Quién quiere servir en un barco en el que falta espacio vital e intimidad?, ¿quién quiere renunciar a las necesidades cotidianas, como poder comunicarte con los tuyos o tener acceso a Internet? La vida del submarinista en la mar es bastante dura, al tener que sacrificar muchas cosas que consideramos básicas en nuestro día a día.

En base a mi experiencia, considero que la juventud es un factor importante y juega un papel fundamental a la hora de elegir voluntariamente esta vida. La media de edad de los que se incorporan como alumnos a la Escuela de Submarinos está en tomo a los 25 años. A esta edad a nuestra gente le gusta hacer algo diferente, algo con cierta aventura y riesgo. Les gusta formar parte de unas unidades que son especiales y desconocidas. Y eso lo proporciona pertenecer a la dotación de un submarino.

¿Cuáles han sido los mayores retos que han tenido que afrontar en los últimos años?

Hablando de los últimos años, un reto importante ha sido la paulatina disminución de unidades. El Arma Submarina contaba hasta hace solo 12 años con ocho submarinos. Tras la baja en servicio de los submarinos de la clase “Delfín” y posteriormente del “Siroco”, actualmente disponemos únicamente de los tres submarinos de la clase “Galerna”. La reducción del número de unidades ha conllevado la consiguiente disminución de personal, lo que ha requerido una significativa adaptación de los medios y apoyo con los que cuenta la Base y la Escuela de Submarinos.

¿Cómo se ha adaptado el Arma a la reducción presupuestaria y a la escasez de recursos de los últimos años?

Para el Arma Submarina, la consecuencia más seria de las reducciones presupuestarias que hemos experimentado ha sido la necesidad de dar de baja el submarino “Siroco” (S-72).

No obstante, podemos considerarnos aventajados respecto a otras unidades de la Armada. Por razones de seguridad, el mantenimiento de los submarinos es exhaustivo y muy exigente, y en esto nuestras autoridades logísticas no han escatimado esfuerzos. Por otro lado, estas unidades son muy baratas en cuanto a su operación. Gastan muy poco en combustible, víveres y otros conceptos.

Todo ello nos ha permitido mantener un grado de actividad que se puede considerar adecuado en cuanto a días de mar al año por submarino, cumpliendo con nuestros compromisos y permitiendo mantener un elevado nivel de adiestramiento.

Actualmente la flotilla está formada por los S-70, ¿cómo valora el servicio de estos submarinos?

Los tres submarinos S-70 con los que cuenta la Flotilla datan de los años 80 y se encuentran por lo tanto prácticamente finalizando su vida operativa. Son submarinos a los que se han ido incorporando sucesivas mejoras, principalmente en lo referente a sus cuadros eléctricos, control de baterías; se les ha provisto de modernos equipos de guerra electrónica, de comunicaciones por satélite; se les ha modernizado su sónar y se les ha dotado de sónar remolcado, de periscopios de visión nocturna, etc.

Con todas estas actuaciones, unidas al exigente mantenimiento al que se les ha sometido, se puede aseverar que estos barcos poseen actualmente unos estándares de operatividad que están a la altura, y en algunos casos por encima, de unidades mucho más modernas.

Y de cualquier forma, son unidades perfectamente capaces de efectuar las misiones que la Armada les tiene encomendadas.

¿Cuáles han sido las misiones/operaciones más complicadas en las que han participado estos submarinos? 

Todas las misiones presentan más o menos grados de complicación, dependiendo del punto de vista desde el que se analicen. Yo diría que cualquier operación de gestión de crisis, con altos grados de incertidumbre y ambigüedad en cuanto a la situación, con reglas de enfrentamiento que pueden cambiar rápidamente, con retrasos en la recepción de información, etc. –lo que el famoso general Clausewitz definía con el término “niebla de la guerra”– es de por sí complicada de planear y de ejecutar. En el caso particular de los submarinos, estas dificultades se acentúan por su forma específica de actuación y sus inherentes limitaciones de comunicaciones.

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