Izquierda Unida Canaria (IUC) rechaza las acusaciones vertidas públicamente contra la asamblea insular de la formación progresista en Lanzarote por Manuel Garzón, militante de IUC en esa isla, quien descalificó a sus integrantes por ejercer “una segregación racial, cultural o religiosa”, al rechazar 43 afiliaciones, entre las que se incluían personas saharauis.
IUC señala que las afiliaciones deben hacerse de manera individual y que, en ningún caso, puede aceptarse que una persona afilie a un grupo de 43 personas desconocidas. Se trata de un mecanismo estatutario de garantía democrática para evitar que afiliaciones colectivas de personas desconocidas puedan ser usadas por alguien para desvirtuar las decisiones colectivas. En ningún momento, ha habido el más mínimo problema para aceptar afiliaciones individuales.
IUC considera insultante que se describa como racismo una decisión que se aplica a cualquier intento de afiliación colectiva no presencial. Que esa afiliación, colectiva y no presencial, fuera intentada por un ex coordinador insular, después de haber perdido la votación en que esperaba ser reelegido, evidencia un problema ajeno a etnias, opinión religiosa o cualquier circunstancia similar. Asimismo, IUC lamenta el intento de enfrentar a la organización con el colectivo saharaui, pese a la trayectoria de permanente compromiso con la causa saharaui que ha tenido IUC siempre.
Por último, IUC reitera su compromiso contra cualquier forma de discriminación y no tolerará que nadie que esté en sus filas lleve a cabo actos o pronunciamientos con contenido discriminatorio.
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