Agaete (Gran Canaria - Canarias), 27 de febrero de 2016 / Artículo de Opinión / Fernando Báez (Sacerdote).
... siempre a su dueño, a sus dueños. Sucede con casi todos los animales: el toro bravo desde el tendido a la que le daba el biberón; el león a su criador; el chimpancé al amaestrador, el perro a su antiguo dueño, etc., es cosa de olfato, de hormonas, de aura, de..., que una cabra, por más que se aleje, y por el tiempo que sea, reconoce la voz de su amo que la llama, la busca, la apaña. De ahí, el falso nombre de salvaje, peor el de asilvestrada, y el cursi de guanil.
La cabra sigue siendo cabra y la misma; cambia su hábitat, uno falso por el verdadero, pero sin olvidar a su dueño, al que reconoce de lejos, y si lo escucha, es que se despeña por acercarse a él (no tanto así sus crías, que al criarse en otro ambiente, nunca conocieron en persona al dueño de la cabra madre, Por eso es tan fácil encontrar quienes las hagan volver de los riscos, pero mandan a inexpertos, a los de los palos, o con rifles, menos a sus propios dueños, que si no van, y se comportan como si no las conocieran, es para que no les multen por no tenerlas tabuladas, que es lo que quieren en el fondo: cobrar por todo y por nada, y toda vez estas cabras sin tabular -salvo la mayor- no les son rentables, ¿qué les importa acabar con ellas? Triste realidad, en medio de una gran verdad; aparentemente un misterio o enredo de fácil explicación: cabras que siempre han estado donde están y que por más que maten las que están, otras volverán.
Es una batalla que tiene perdida el cabido, por más que aparentemente y de momento parezca tener éxito, aunque el desgaste que está teniendo por matar a las cabras, es algo de lo que no se van a reponer, ¡más nunca, usted! Razón por la cual -“si tuvieran cuatro dedos de frente”- es dejarlo ya, como siempre fue y planten lo que quieran que se lo comerá la sed o el sol, pero jamás las cabras. Y Europa, despierte, y no se deje engañar de estos “listos”.
El Padre Báez, adentrándose en los misterios de las cabras, y desentrañando las mentiras que urden tan bobaliconamente, y que solo a idiotizados por el carnaval sin fin y el fútbol perdedor de entre los cuales “semos los más mejores”, se lo creen, y por Europa, que con el frío, no se enteran, por más que se lo hemos explicado y bien claro, y han dado órdenes, que éstos de aquí, ya saben por dónde se las pasan.
“... muerte... corrupción...” (salmo 15). / “... se acaban las ovejas del redil y no quedan vacas en el establo...” (Ha 3, 2-4. 13a. 15-19).
Hago propio -en este caso- lo que sigue de la Asociación que sigue:
Azul fell-ak, amidi
Saludo, amigo
Azul fell-am, tamidit
Saludo, amiga
AZAR, La Asociación Canaria de la Cultura Tamazigh se une a las voces que claman:
¡¡¡S. O. S.!!!
PARA LA MONTAÑA SAGRADA DE TINDAYA
Adrar n Tindaya - La Montaña de Tindaya en la Isla de Fuerteventura (Taknara-Canarias) es un Patrimonio Natural y Cultural de primer orden. La huella, la historia y la cultura de las primeras poblaciones de Canarias están escritas en esta Montaña Sagrada. La construcción de una enorme escultura pondrá en grave peligro la existencia de la propia Montaña, además de los elementos materiales culturales imazighen.
Es necesario que la opinión pública de Canarias y del mundo haga oír su voz para paralizar esta locura. Los organismos internacionales como la UNESCO deben tomar partido cuanto antes.
Saludos.
... siempre a su dueño, a sus dueños. Sucede con casi todos los animales: el toro bravo desde el tendido a la que le daba el biberón; el león a su criador; el chimpancé al amaestrador, el perro a su antiguo dueño, etc., es cosa de olfato, de hormonas, de aura, de..., que una cabra, por más que se aleje, y por el tiempo que sea, reconoce la voz de su amo que la llama, la busca, la apaña. De ahí, el falso nombre de salvaje, peor el de asilvestrada, y el cursi de guanil.
La cabra sigue siendo cabra y la misma; cambia su hábitat, uno falso por el verdadero, pero sin olvidar a su dueño, al que reconoce de lejos, y si lo escucha, es que se despeña por acercarse a él (no tanto así sus crías, que al criarse en otro ambiente, nunca conocieron en persona al dueño de la cabra madre, Por eso es tan fácil encontrar quienes las hagan volver de los riscos, pero mandan a inexpertos, a los de los palos, o con rifles, menos a sus propios dueños, que si no van, y se comportan como si no las conocieran, es para que no les multen por no tenerlas tabuladas, que es lo que quieren en el fondo: cobrar por todo y por nada, y toda vez estas cabras sin tabular -salvo la mayor- no les son rentables, ¿qué les importa acabar con ellas? Triste realidad, en medio de una gran verdad; aparentemente un misterio o enredo de fácil explicación: cabras que siempre han estado donde están y que por más que maten las que están, otras volverán.
Es una batalla que tiene perdida el cabido, por más que aparentemente y de momento parezca tener éxito, aunque el desgaste que está teniendo por matar a las cabras, es algo de lo que no se van a reponer, ¡más nunca, usted! Razón por la cual -“si tuvieran cuatro dedos de frente”- es dejarlo ya, como siempre fue y planten lo que quieran que se lo comerá la sed o el sol, pero jamás las cabras. Y Europa, despierte, y no se deje engañar de estos “listos”.
El Padre Báez, adentrándose en los misterios de las cabras, y desentrañando las mentiras que urden tan bobaliconamente, y que solo a idiotizados por el carnaval sin fin y el fútbol perdedor de entre los cuales “semos los más mejores”, se lo creen, y por Europa, que con el frío, no se enteran, por más que se lo hemos explicado y bien claro, y han dado órdenes, que éstos de aquí, ya saben por dónde se las pasan.
“... muerte... corrupción...” (salmo 15). / “... se acaban las ovejas del redil y no quedan vacas en el establo...” (Ha 3, 2-4. 13a. 15-19).
Hago propio -en este caso- lo que sigue de la Asociación que sigue:
Azul fell-ak, amidi
Saludo, amigo
Azul fell-am, tamidit
Saludo, amiga
AZAR, La Asociación Canaria de la Cultura Tamazigh se une a las voces que claman:
¡¡¡S. O. S.!!!
PARA LA MONTAÑA SAGRADA DE TINDAYA
Adrar n Tindaya - La Montaña de Tindaya en la Isla de Fuerteventura (Taknara-Canarias) es un Patrimonio Natural y Cultural de primer orden. La huella, la historia y la cultura de las primeras poblaciones de Canarias están escritas en esta Montaña Sagrada. La construcción de una enorme escultura pondrá en grave peligro la existencia de la propia Montaña, además de los elementos materiales culturales imazighen.
Es necesario que la opinión pública de Canarias y del mundo haga oír su voz para paralizar esta locura. Los organismos internacionales como la UNESCO deben tomar partido cuanto antes.
Saludos.
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