Agaete (Gran Canaria - Canarias), 18 de mayo de 2016 / Artículo de Opinión / Fernando Báez - Sacerdote.
... es que no se enteran. Ciegos por amiguismo, dan dinero a los granadinos para conseguir lo que nuestros perros, aun sin estar entrenados, pudieran acabar con las cabras, y no es que uno pretenda ayudar al cabildo matacabras en este cabricidio, es que es la única arma válida -repito- para acabar con las cabras, pero (que no es lo que uno pretende, como es obvio y está a la vista o es más que evidente).
Que no hay pastor sin perros, y el perro -salvo el de los patológicos, maniacos y hasta sexuales supletorios- digo, el perro, siempre estuvo asociado a las cabras, bien en el rebaño, bien en las apañadas, ¿o no?; ¿tan difícil es llegar a esta conclusión?, pues, ¡no señor! Tiros de fuera, y bien pagados (viaje, comida, cama y sueldo, ¡quince días o lo que es lo mismo: dos semanas de trabajo-vacaciones y paga el cabildo), mientras, los perros en los sofás de las casas, llenándolas de pulgas, de mal olor y de pelos, de jadeos, de olfateos a genitales, de comer a cuerpo de reyes, y no es que haga falta un perro de raza, perro fiera, perro bardino, o perro como sea, que como sea un perro, aún un chigüagüa, amedrenta al macho o cabrón más poderoso; y no, no se les utiliza para tal fin, sino que ¡tiros al blanco! Y a nuestros perros, ¿por qué arriesgar sus vidas por esos riscos?.
Pero, insisto, no temo el cabildo, porque viniendo de un cura la idea, no le va a hacer caso, razón por la que si hablo de los perros contra las cabras es porque sé matemáticamente, que al venir o proceder esta idea de un sacerdote, el laicista y ateo cabildo que tenemos, como el que no ha oído nada -pues temen contaminarse de mis ideas-, pero que me las leen a pie puntillas. Lo dicho: aquel perro de Crucito, que corriendo detrás de una cabra que huía de él -un chucho blanco y negro, sin pedigrí conocido, ¡una mierda de perro!- ladrando y corriendo detrás de una cabra libre, ésta, bajando por zajón, dando brincos de un lado a otro, resbaló, y aquel animalito murió reventada, aunque corrió unos metros, al fin cayó, y murió. A ver si tomas nota (pero no lo hagas, ni lo lleves a la práctica cabildo matacabras, deja a los perros tranquilos, que te puede denunciar el seprona por maltrato perruno a un can (lo de las cabras o están ciegos, o miran para otros lados, ¡es que no se enteran!), pero mueva usted una piedra, y los tendrá a su lado, con la receta.
El Padre Báez, que de su experiencia con las cabras y habidas estas relaciones -entiéndanme bien- he concluido en conocimientos y en el amor, con anécdotas mil, y ello desde mi más tierna infancia, que transcurrió -como uso y norma general por entonces- con las cabras. Pues, ¡cómo nos rifábamos l@s baif@s recién nacidos! y nos los apropiábamos, con: “¡este es mío”!, cual juguete y atendimiento.
Nota aclaratoria del hermano en el sacerdocio y profesor de Religión en el Instituto Pérez Galdós:
Quiero aclarar que mi presente atención a tus Comunicados es a tu persona, por tu deferencia en tenerme al tanto de este problema.
A mi edad "las cosas de este mundo" son totalmente secundarias.
Y en ese sentido mi respeto y Caridad total con todas las personas, piensen lo que piensen. Por supuesto que nunca de acuerdo con conductas "negativas" o contrarias a la Santa Ley de Dios.
Perdón por el rollo. Son las 5'50 a.m. y marcho a Maitines.
Memento mei in orationibus tuis, (como ves Mini sabe algo de Latín).Que tengas una buena y provechosa jornada
Juan Antonio Santamaría Alonso – Sacerdote.
... es que no se enteran. Ciegos por amiguismo, dan dinero a los granadinos para conseguir lo que nuestros perros, aun sin estar entrenados, pudieran acabar con las cabras, y no es que uno pretenda ayudar al cabildo matacabras en este cabricidio, es que es la única arma válida -repito- para acabar con las cabras, pero (que no es lo que uno pretende, como es obvio y está a la vista o es más que evidente).
Que no hay pastor sin perros, y el perro -salvo el de los patológicos, maniacos y hasta sexuales supletorios- digo, el perro, siempre estuvo asociado a las cabras, bien en el rebaño, bien en las apañadas, ¿o no?; ¿tan difícil es llegar a esta conclusión?, pues, ¡no señor! Tiros de fuera, y bien pagados (viaje, comida, cama y sueldo, ¡quince días o lo que es lo mismo: dos semanas de trabajo-vacaciones y paga el cabildo), mientras, los perros en los sofás de las casas, llenándolas de pulgas, de mal olor y de pelos, de jadeos, de olfateos a genitales, de comer a cuerpo de reyes, y no es que haga falta un perro de raza, perro fiera, perro bardino, o perro como sea, que como sea un perro, aún un chigüagüa, amedrenta al macho o cabrón más poderoso; y no, no se les utiliza para tal fin, sino que ¡tiros al blanco! Y a nuestros perros, ¿por qué arriesgar sus vidas por esos riscos?.
Pero, insisto, no temo el cabildo, porque viniendo de un cura la idea, no le va a hacer caso, razón por la que si hablo de los perros contra las cabras es porque sé matemáticamente, que al venir o proceder esta idea de un sacerdote, el laicista y ateo cabildo que tenemos, como el que no ha oído nada -pues temen contaminarse de mis ideas-, pero que me las leen a pie puntillas. Lo dicho: aquel perro de Crucito, que corriendo detrás de una cabra que huía de él -un chucho blanco y negro, sin pedigrí conocido, ¡una mierda de perro!- ladrando y corriendo detrás de una cabra libre, ésta, bajando por zajón, dando brincos de un lado a otro, resbaló, y aquel animalito murió reventada, aunque corrió unos metros, al fin cayó, y murió. A ver si tomas nota (pero no lo hagas, ni lo lleves a la práctica cabildo matacabras, deja a los perros tranquilos, que te puede denunciar el seprona por maltrato perruno a un can (lo de las cabras o están ciegos, o miran para otros lados, ¡es que no se enteran!), pero mueva usted una piedra, y los tendrá a su lado, con la receta.
El Padre Báez, que de su experiencia con las cabras y habidas estas relaciones -entiéndanme bien- he concluido en conocimientos y en el amor, con anécdotas mil, y ello desde mi más tierna infancia, que transcurrió -como uso y norma general por entonces- con las cabras. Pues, ¡cómo nos rifábamos l@s baif@s recién nacidos! y nos los apropiábamos, con: “¡este es mío”!, cual juguete y atendimiento.
Nota aclaratoria del hermano en el sacerdocio y profesor de Religión en el Instituto Pérez Galdós:
Quiero aclarar que mi presente atención a tus Comunicados es a tu persona, por tu deferencia en tenerme al tanto de este problema.
A mi edad "las cosas de este mundo" son totalmente secundarias.
Y en ese sentido mi respeto y Caridad total con todas las personas, piensen lo que piensen. Por supuesto que nunca de acuerdo con conductas "negativas" o contrarias a la Santa Ley de Dios.
Perdón por el rollo. Son las 5'50 a.m. y marcho a Maitines.
Memento mei in orationibus tuis, (como ves Mini sabe algo de Latín).Que tengas una buena y provechosa jornada
Juan Antonio Santamaría Alonso – Sacerdote.
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