SALT (Girona - Cataluña), 31 de agosto de 2016 / Cartas al Director / Valentín Abelenda Carrillo
Pienso que no puede decirse que el acuerdo de paz alcanzado, entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Gobierno presidido por Juan Manuel Santos, suponga una rendición del Estado de Derecho en Colombia. Aunque deberá promulgarse una ley de amnistía destinada a los guerrilleros que no tengan pendientes graves delitos de sangre, serán muchos los jefes guerrilleros, cuyos nombres aún se desconocen, los que tendrán que comparecer ante los jueces y ser eventualmente condenados a penas que pueden ir hasta veinte años de cárcel. Lo que ahora cuenta es que se abre desde ya mismo un plazo de tres meses para el desarme total de los rebeldes cuyo armamento será fundido para construir un monumento a la paz. El futuro puede ser todavía incierto, pero es evidente que el acuerdo de La Habana, en el que también ha participado Noruega y que será supervisado por la ONU, es una buena noticia que demuestra que la paz siempre es posible.
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