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jueves, 21 de septiembre de 2017

Septiembre. De vuelta al trabajo

Madrid (España), 21 de septiembre de 2017 / Cartas al Director / Josefa Romo

Terminó el verano con la entrada del  otoño real a mediados de
septiembre. Ya,  todos, metidos en las tareas ordinarias, en faenas 
laborales. Usual, ahora, la consideración de los logros del curso anterior y el trazado de metas de mejora y de otras nuevas. Si necesarias fueron las vacaciones, necesario es, también, el trabajo,cuya falta genera gran sufrimiento e impide, sobre todo cuando no hay apoyo de la familia, el crecimiento personal.  No existe peor problema, que las altas cifras de paro; ni pensarse puede en una actividad política más encomiable, que el empeño decidido en rebajarlas hasta que no haya un solo ciudadano desempleado.

Algo que hace crecer, verdaderamente, al hombre, es su relación con Dios, que no ha de olvidarse ni cuando trabajamos ni cuando descansamos; tampoco, cuando  nos divertimos. "Somos hechura de sus manos" (Efesios, 2, 10); de Él venimos, por él vivimos y a Él vamos, y, como dice el refrán "es de bien nacidos, ser agradecidos". Escribía, Hermann Hesse: "El hombre virtuoso, valiente, deseable, adecuado para la perfección, ha sido siempre aquel que se sabe en relación directa con Dios, igual da que sea general que eremita, y cuando en su puesto realiza aquello para lo cual está allí...". Las palabras del novelista alemán y premio nóbel, me recuerdan estas otras
de San Josemaría, que yo he visto encarnadas en gente que he conocido del Opus Dei, y no sólo en ellos: "Se ha de trabajar por amor a Dios, con espíritu de servicio a los hombres, con calidad humana".




jueves, 25 de junio de 2015

Almas grandes

Josefa Romo (Madrid), 25 de junio de 2015 / Cartas al Director / Josefa Romo

Sucedió, hace nada,  en Brighton, Colorado, y se mostró en una foto. En un accidente de tráfico, mientras unos policías se ocupaban de las víctimas, otro tomó en brazos a una niña para distraerla y ocultarle a su padre fallecido y a los heridos. La noticia incendió las redes sociales. Grandes gestos en pequeños detalles que impactan porque reflejan la hermosura interior de una persona.  Suceden todos los días y en cualquier lugar. Hay mucha gente con sensibilidad, despierta y abierta a las necesidades de los demás; gente buena que transparenta su semejanza divina ("Dios es Amor" e "hizo al hombre a su imagen y semejanza"). Inclinados al bien, si encuentran algo de valor, buscan al dueño; si alguno se cae, lo levantan; si ocurre una desgracia, corren a echar una mano...; si alguien sufre cerca, se solidarizan; gente con empatía que jamás se burla.  Han alcanzado la madurez de la personalidad, no se han dejado embrutecer por el egoísmo. Evoco el consejo de una religiosa cuando yo era casi niña: "estad atentos a las necesidades de los demás y acudid antes de que os lo pidan". Benedicto XVI escribió,  en 2012: "Dios nos sigue pidiendo que seamos «guardianes» de nuestros hermanos (cf. Gn 4,9)...;  es necesario reafirmar con fuerza que el bien existe y vence". San Pablo decía«Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (Hb 10, 24).