Madrid (España), 18 de julio de 2015 / Sindical - Unión de Oficiales
Guardia Civil / Gabinete de Prensa.
La Dirección General de la Guardia Civil hace tiempo que viene aplicando unas políticas de austeridad y contención que podríamos definir como asimétricas, es decir, recortar el gasto en función de quienes sean los afectados por los mismos.
Esto nos lleva a que se recorten gastos necesarios para, por ejemplo, el mantenimiento y reparación de vehículos, chalecos antibalas, etc... por falta de presupuesto pero, sin embargo, existan otros más superfluos, para los que sí hay dinero.
La más reciente evidencia la tenemos con la última promoción de Tenientes de la Escala Superior de Oficiales a los que han tenido que destinar en comisión de servicios por la falta de vacantes para dicho empleo.
Esta medida supone un considerable despilfarro para las arcas públicas y todo ello fruto de una negligente planificación. Así, comisionar a cada uno de estos tenientes, recién salidos de la academia y sin experiencia profesional previa, costará cerca de 5.000 euros mensuales entre sueldo y dietas, mientras centenares de vacantes de oficial (alférez) permanecen desiertas, ocasionando así un doble perjuicio al ciudadano tanto económico (por el sobrecoste) como en seguridad (por las vacantes que quedan sin cubrir). Todo ello sin mencionar que comisionar a estos oficiales en destinos donde no existe vacante para ello es una flagrante irregularidad administrativa.
Cabe destacar que los alféreces cuando ascienden a teniente son comisionados sin indemnización, o permanecen en sus residencias habituales hasta que les corresponda un destino, pero en ningún caso se les comisiona percibiendo dietas como sí hacen con sus compañeros tenientes procedentes de
acceso directo.
La Unión de Oficiales de la Guardia Civil ha pedido en numerosas ocasiones que se reclasifiquen estas vacantes para que puedan ser ocupadas indistintamente por tenientes o alféreces, quienes realizan las mismas funciones pese a estar en grupos retributivos diferentes, lo que supondría, a todas luces, una mejor distribución de los recursos dado que el número de vacantes sin cubrir se reduciría
drásticamente.
Sin embargo, esta petición ha sido rechazada con argumentos peregrinos pues, en realidad, el verdadero motivo es que prefieren mantener una división puramente artificial entre unos empleos que realmente desempeñan las mismas funciones y así tener a oficiales como los alféreces cobrando sueldo de suboficial.
Por otro lado, el empeño en seguir manteniendo promociones de la Escala Superior de Oficiales con un número de efectivos muy por encima de las necesidades reales y en detrimento de la promoción interna, evidencia que la prioridad de la Dirección General de la Guardia Civil no es la planificación eficaz de los recursos sino mantener el statu quo profesional y privilegiado de una casta frente al sentido común de una gestión responsable.
Guardia Civil / Gabinete de Prensa.
La Dirección General de la Guardia Civil hace tiempo que viene aplicando unas políticas de austeridad y contención que podríamos definir como asimétricas, es decir, recortar el gasto en función de quienes sean los afectados por los mismos.
Esto nos lleva a que se recorten gastos necesarios para, por ejemplo, el mantenimiento y reparación de vehículos, chalecos antibalas, etc... por falta de presupuesto pero, sin embargo, existan otros más superfluos, para los que sí hay dinero.
La más reciente evidencia la tenemos con la última promoción de Tenientes de la Escala Superior de Oficiales a los que han tenido que destinar en comisión de servicios por la falta de vacantes para dicho empleo.
Esta medida supone un considerable despilfarro para las arcas públicas y todo ello fruto de una negligente planificación. Así, comisionar a cada uno de estos tenientes, recién salidos de la academia y sin experiencia profesional previa, costará cerca de 5.000 euros mensuales entre sueldo y dietas, mientras centenares de vacantes de oficial (alférez) permanecen desiertas, ocasionando así un doble perjuicio al ciudadano tanto económico (por el sobrecoste) como en seguridad (por las vacantes que quedan sin cubrir). Todo ello sin mencionar que comisionar a estos oficiales en destinos donde no existe vacante para ello es una flagrante irregularidad administrativa.
Cabe destacar que los alféreces cuando ascienden a teniente son comisionados sin indemnización, o permanecen en sus residencias habituales hasta que les corresponda un destino, pero en ningún caso se les comisiona percibiendo dietas como sí hacen con sus compañeros tenientes procedentes de
acceso directo.
La Unión de Oficiales de la Guardia Civil ha pedido en numerosas ocasiones que se reclasifiquen estas vacantes para que puedan ser ocupadas indistintamente por tenientes o alféreces, quienes realizan las mismas funciones pese a estar en grupos retributivos diferentes, lo que supondría, a todas luces, una mejor distribución de los recursos dado que el número de vacantes sin cubrir se reduciría
drásticamente.
Sin embargo, esta petición ha sido rechazada con argumentos peregrinos pues, en realidad, el verdadero motivo es que prefieren mantener una división puramente artificial entre unos empleos que realmente desempeñan las mismas funciones y así tener a oficiales como los alféreces cobrando sueldo de suboficial.
Por otro lado, el empeño en seguir manteniendo promociones de la Escala Superior de Oficiales con un número de efectivos muy por encima de las necesidades reales y en detrimento de la promoción interna, evidencia que la prioridad de la Dirección General de la Guardia Civil no es la planificación eficaz de los recursos sino mantener el statu quo profesional y privilegiado de una casta frente al sentido común de una gestión responsable.