viernes, 3 de junio de 2011

AFES (Asociación de Afectados por Embargos y Subastas)

Madrid, 3 de junio de 2011 | Embargos - Subastas | Gabinete de Prensa.

AFES (Asociación de Afectados por Embargos y Subastas) se constituyó a finales del año 2006 a la luz de los primeros síntomas de deceleración económica del sector inmobiliario. Siendo en 2009, en plena crisis, cuando crece notablemente la demanda de sus servicios.

Actualmente la Asociación AFES ha atendido más de 3.000 casos logrando más de 300 acuerdos con entidades financieras para la condonación del resto hipotecario. Hoy en día estamos presentes en Madrid y en Cataluña con próxima apertura en Canarias y Andalucía.

Desde la Asociación Afes, atendemos de forma personalizada caso por caso y en base a la experiencia adquirida y nuestra colaboración con despachos de abogados y expertos inmobiliarios definimos una serie de actuaciones para la defensa de los intereses de nuestros asociadosiados. AFES, tutela la gestión de los abogados y de los agentes inmobiliarios.
En AFES apostamos por la mediación. Pensamos que es el camino más efectivo a largo plazo.

¿Cómo trabajamos?

El afectado contacta con nosotros bien por teléfono o a través de nuestra web: www.asociacionafes.com y concertamos una cita. En esta primera cita el afectado expondrá su caso al experto y se le explicará en qué momento está y los procesos jurídicos a los que se enfrentará.

En caso de que el afectado quiera el apoyo de la Asociación AFES entonces se dará de alta como socio pagando una cuota anual de 120 euros.

¿Por qué nace AFES?

Uno de los orígenes, quizás el más fuerte en nuestro país de la actual crisis económica, es “el efecto burbuja” que se ha producido respecto al valor de la vivienda. Éste, tuvo una subida desmesurada entre 2001-2007 debida a la elevada demanda, el fácil acceso al crédito, la inversión exterior y el clima de euforia social respecto a la especulación sobre la vivienda.

Este proceso de expansión económica, llevó asociado una seguridad laboral que hizo que muchos autónomos, empresarios y trabajadores por cuenta ajena cuyos ingresos dependían directa o indirectamente del sector de la Construcción firmaran préstamos con garantía hipotecaria en relación a los ingresos obtenidos en años anteriores.

A su vez, las Entidades Financieras influidas por los estables ingresos de las unidades familiares o por la subida constante del precio de la vivienda, suavizaron los requerimientos para acceder a créditos hipotecarios de larga amortización, exponiendo así en exceso sus cuentas de resultados amparándose en el crecimiento del precio del metro cuadrado. En el momento en el que los vientos que empujaban este constante crecimiento inmobiliario cambiaron, las deudas de los recientes propietarios no pudieron cubrirse ni con el valor de sus inmuebles (que pasaron a encontrarse en un momento de difícil comercialización) ni con los ingresos de anteriores años.

Inmersos en esta circunstancia, las familias consumieron sus ahorros pero cuando la recuperación económica no llegó o empeoró con la pérdida del empleo por parte o la totalidad de los miembros de la familia en disposición de trabajar, se hizo imposible continuar pagando las letras de la hipoteca, arrastrando la situación inevitablemente a la “ejecución hipotecaria” tanto a ellos como a posibles avalistas.

Esta situación lleva al desahucio de miles de familias, que aparte de perder su trabajo y su casa, se quedan con una deuda que van a ser incapaces de cubrir el resto de su vida, cambie o no su situación laboral. Esto hace, que una gran parte de la sociedad, quede abocada a vivir de la economía sumergida, ya que nunca podrá acceder al crédito, a ayudas y además, de encontrar empleo, se verá obligada a vivir con un salario embargado de por vida.

Este escenario no mejora desde el punto de vista de las Entidades Financieras, porque aunque se subasten las viviendas, la práctica totalidad de éstas quedan desiertas y adjudicadas al banco y además, los préstamos hipotecarios que en los últimos años habían sido una gran fuente de ingresos para Bancos y Cajas de Ahorros se están convirtiendo ahora en un enorme parque inmobiliario al cual se tiene que destinar múltiples recursos para su mantenimiento y comercialización. Todo esto sumado a la deuda restante, porque por mucho que presionen al antiguo propietario, ésta es de muy dudoso cobro.

Actualmente los Bancos y las Cajas de Ahorros, debido a la acumulación de inmuebles con retrasos en el pago de una o más letras que antes o después entran en mora hipotecaria y a su difícil gestión, se ven abocados a la ejecución hipotecaria para intentar así, recuperar las cantidades adeudadas. Esto desemboca en un proceso judicial largo y arduo donde la entidad financiera asume los costes del proceso y la depreciación del inmueble.

Asociación Afes nace por tanto por una necesidad real de mediar entre las partes protegiendo a los afectados por subastas y Embargos.

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