sábado, 31 de marzo de 2012

Y AHORA, ¿QUIEN PAGA?

Girona, 31 de marzo de 2012 / Cartas al Director /  Pedro J Piqueras Ibáñez 

El pasado día 29 pudimos ver en TV algo insólito, impresentable, inhumano, etc. No me vienen a la boca más apelativos para señalar lo que realizaron algunos “defensores” de la huelga para así privar de sus derechos a los que intentaban trabajar ejerciendo sus derechos constitucionales, estos son los  “piquetes informativos”, los que actuaron de una forma tan violenta, ajustada a casos vandálicos. Me estoy refiriendo a los que enviaron las asociaciones sindicales a comunicar a sus compañeros que secundaran la huelga. Algunos increpaban a los que no querían agregarse. Ellos, los dirigentes sindicales, que lanzaron a los “piquetes informativos” se quedaron en la retaguardia, estos son quienes se niegan a financiarse de las cuotas de sus afiliados; que están en contra de quienes pretenden aclarar las cuentas gravemente negativas que otros dejaron; también se niegan a  aclaran sus propias cuentas e impiden que todos conozcamos el número de liberados ni de afiliados que constan en cada sindicato; quienes forman, alientan y justifican a los piquetes que, en lugar de informar, coaccionan con violencia y destrozan el patrimonio; quienes se niegan a que se legisle una  nueva ley de huelga, porque se quedarían sin el chollo y por eso han montado el pollo, una Ley que garantice el derecho a la huelga en igual medida que el derecho al trabajo; los que no han reaccionado contra los recortes del anterior Gobierno; quienes no han dicho ni “mú” mientras 5.300.000 españoles han perdido su empleo, cuando 350.000 pequeños empresarios cerraron el negocio y en lugar de socorrerles les han forzado a cerrar sus comercios. Vaya unos defensores de los trabajadores, más parece que van  contra ellos y contra su modo “vivendis”.

Pienso que “quien rompe paga y los trastos a su casa” -es una frase muy castellana- y como los “piquetes informativos” no van ha pagar, pues que los desperfectos ocasionados los paguen los sindicatos con las subvenciones que recibieron el anterior gobierno, de lo contrario que les corten el “grifo” y con este dinero los gobiernos podrán indemnizar a los perjudicados, no sea que como casi suele pasar los trastos rotos los pagamos los de siempre. ¡Ya está bien! Creo que es lo justo, de esta manera, muchos como yo, no nos preguntaremos ¿Y
ahora, quien paga?

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