martes, 15 de octubre de 2013

Lleida se dispone a celebrar su 5ª Fiesta del Vino con una cosecha récord

Los días 19 y 20 de octubre se mostrarán más de 60 referencias de 16 bodegas
Lleida (Cataluña), 15 de octubre de 2013 / Vendimia - Fiestas / Gabinete de Prensa.


En plena temporada de vendimias y de los festejos que suelen acompañarlas, especialmente este año que la producción de uva en toda España será un 20% superior a 2012, con cifras de hasta 42 millones de hectólitros y muy buena calidad en todas las regiones, Lleida se dispone a celebrar por quinto año su Fiesta del Vino los días 19 y 20 de octubre. Allí tiene su sede la Denominación de Origen Costers del Segre que abarca siete zonas: Raimat, Segrià, Pallars, Jussà, Artesa, Valls del Riu Corb y Les Garrigues, con fuertes contrastes climáticos entre montaña y llanura con altitudes entre 250 y 750 metros y con un total de 36 bodegas.

La Fiesta del Vino de Lleida es una referencia para la difusión de los vinos locales junto a su espléndida oferta gastronómica, ya que los restaurantes colaboran activamente promoviendo la degustación de los vinos en ofertas combinadas con la comida, siguiendo el Código de Buenas Prácticas de la Gastronomía ilerdense. Este año habrá un motivo adicional para la celebración ya que se espera una excelente cosecha, no sólo en cantidad (casi 14 millones de kilogramos de uva) sino en calidad, como podrán probar quienes caten los caldos ilerdenses ya que las catas son el eje del evento, lógicamente.

El éxito de ediciones anteriores han obligado a prolongar las jornadas festivas a dos y trasladar los actos a la plaza de la Llotja, mucho más amplia. De esta forma la fiesta ganará en espacio y en oferta, lo que permitirá aprovechar las sinergias de público que la Llotja genera. Un público que será más amplio y variado: un segmento más joven para el sábado por la noche y otro más adulto y familiar para el domingo por la mañana. Punto central de la fiesta será el almuerzo maridaje del domingo "7 vinos, 7 paisajes", que organiza Como Pomona, e incluye siete vinos de la Ruta del Vino de Costers del Segre y siete degustaciones gastronómicas.

En la presentación de la quinta edición de la Fiesta del Vino de Lleida, tanto el alcalde la ciudad, Àngel Ros, como el concejal de Turismo, Félix Larrosa, y el presidente de Ruta del Vino de Lleida-Costers del Segre, Tomàs Cusiné, remarcaron la importancia de que está tomando el turismo enológico que permite poner en valor el turismo, el conocimiento del territorio, los vinos y la gastronomía.

La Ruta del Vino junto con Turismo de Lleida están trabajando para convertir Lleida en un destino enogastronómico de ámbito internacional, se trata de un nicho de mercado creciente y que además, demuestra que el turismo también da valor añadido a la producción, tanto vitivinícola como agroalimentaria. La Fiesta es una iniciativa importante que sirve de plataforma, constante y permanente, para dar a conocer los productores de vinos leridanos y también necesaria para su promoción. Las bodegas del territorio hacen mejores vinos y en los últimos años se ha visto un dinamismo en el sector, como lo certifica el aumento en las visitas a las bodegas, que han crecido un 15 por ciento llegando el año pasado en las 35.000.

Sector en auge
Calidad, innovación, creatividad... Han pasado a ser sinónimo de la gastronomía española. La revolución que ha dado el liderazgo internacional a nuestra cocina se vive también en nuestras bodegas. La amplia y excelente gama de vinos elaborada ha convertido a nuestro país en el tercer productor del mundo. Siguiendo la cultura del vino, se puede conocer España mientras se saborean caldos exquisitos y únicos.

La tradición, el cuidado, el esmero y la renovación son algunas de las claves que han colocado a España en el pódium mundial de los elaboradores de vino. Los viticultores españoles han sabido combinar a la perfección la modernización de las técnicas de producción con la maestría heredada durante los miles de años que se lleva haciendo este apreciado néctar en nuestro país. El resultado son unos caldos de calidad inigualable y con un prestigio reconocido internacionalmente. Además, la variedad de suelo y clima existente en la península ha propiciado una amplia gama de vinos, cada cual con sus propias cualidades y características, diferenciándose claramente las distintas comarcas productoras. A través de las rutas del vino, se puede descubrir la excepcional belleza natural de estas zonas y su importante patrimonio monumental, mientras se paladea un líquido delicioso y se disfruta de una cultura fascinante.

¿Qué mejor manera de conocer el vino español que acudir al lugar donde lo elaboran? Muchas de las principales bodegas de España se pueden visitar: las hay centenarias, algunas son de una riqueza arquitectónica extraordinaria, y otras incluso disponen de una interesante colección de arte relacionado con la cultura del vino. Es todo un privilegio acercarse a este mundo de la mano de quienes lo entienden bien. Ellos enseñan a quererlo: muestran las instalaciones, los viñedos, el proceso de elaboración; introducen en los secretos de la cata y, por supuesto, ayudan a degustar los caldos acompañados de los platos típicos de la región.

La ruta del Vino de Lleida-Costers del Segre es un paseo por la gastronomía, la cultura y la geografía de Lleida a través de sus bodegas. En esta ruta se puede degustar vinos tradicionales o de nueva factura elaborados en bodegas con encanto y visitar comarcas con un rico patrimonio cultural y natural. Hay que descubrir la cuenca mediana del río Segre, entre el Pirineo y el Ebro, con viñas situadas entre los 200 y los 400 metros de altitud. Un verdadero viaje enológico donde pasado, presente y futuro se unen. La ruta transcurre por distintas comarcas. En todas ellas se encuentran bodegas, alojamientos urbanos y rurales, comercios, enotecas y restaurantes. Si se desea, se puede participar en cursos de cata de vino y aceite y comprar productos delicatesen. Además, en un paseo por las mismas, se conocen vestigios de épocas pasadas, seña de los diversos pueblos que han vivido en estas tierras.

Hablar de Lleida es hablar de vino. Las innovadoras bodegas que salpican hoy la geografía leridana tienen su origen en una tradición larga y ancestral. Aunque los primeros indicios del cultivo de uva fechan de la época ibera, son los romanos quienes introducen el cultivo de la vid, que llegará a su máximo esplendor en el siglo XIX con casi 120.000 hectáreas de viñedo y una vocación exportadora que se verá truncada por la plaga de filoxera procedente de Norteamérica, que asoló Europa y que entre 1895 y 1909 redujo la plantación leridana a 15.000 hectáreas. Sin embargo, lejos de abandonar el cultivo, las bodegas de Lleida apostaron por introducir nuevas variedades de uva y recompusieron el mapa vitivinícola de Lleida.

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