lunes, 14 de julio de 2014

Risco Blanco derrama leche y miel para invocar la lluvia y una cosecha fértil


La concejala Carmen Pérez y el vecino Antonio Alemán ordeñaron la cabra que Bartolomé Ojeda prestó para dar cumplimiento a este rito aborigen que fue rescatado por un cura ‘revolucionario’ a finales de los años ‘90

Ricos Blancos (San Bartolomé de Tirajana - Gran Canaria), 14 de julio de 2014 / Romería - Fiestas / Gabinete de Prensa.

Los vecinos de Las Tirajanas volvieron a celebrar este fin de semana en Risco Blanco una nueva edición del rito aborigen de invocación de un buen año de lluvias y de fertilidad para la tierra y prosperidad para sus cosechas, regando con leche de cabra y miel los pies del majestuoso risco que da nombre a la ladera más imponente y vistosa de toda la Caldera.


Este acto tradicional rescatado por los vecinos de Risco Blanco a finales de los años 90, con el inicio de las primeras romerías de sus fiestas y gracias al cura párroco defensor de la Teología de la Liberación Juan Ramón Vera Lasso, se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los actos más relevantes del programa festivo en honor de Jesús Salvador y la Virgen de Las Nieves.


La invocación vecinal se efectúa en el enclave de La Torna, junto al estanque de La Higuera al que llega el agua naciente que emana del Risco. La primera cabra que se puso a disposición del rito rescatado era del vecino Sergio Ojeda Torres, y la de este año de Bartolomé Ojeda Ojeda, que fue ordeñada a cuatro manos por Antonio Alemán y por la concejala de Educación y Sanidad, Carmen Pérez Pérez, que este año leyó el primer pregón de estas fiestas.


Este rito para pedir la lluvia y buenas cosechas de papas y millo se desarrolla en el marco de la romería tradicional que los vecinos del caserío disperso de Risco Blanco inician en la zona de La Culta y terminan en la plaza. Este año en el jolgorio participaron cerca de un millar de vecinos de Las Tirajanas acompañando a las carretas de los barrios de Risco Blanco, Tunte, Los Cercados y la Culata, que echaron de menos la participación tradicional de Ayacata y El sequero.


En esta ocasión las fiestas populares de Risco Blanco estuvieron a punto de no celebrarse. Sólo el impulso de los jóvenes descendientes del barrio y la voluntad de los vecinos favorecieron su desarrollo con mil euros recaudados entre algunas empresas colaboradoras y una rifa tradicional de un moderno televisor y cuatro cenas en distintos restaurantes.










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