La Laguna (Tenerife), 15 de junio de 2012 / Artículo de Opinión / Eloy Cuadra Pedrini
O
dicho con otras palabras: aquí les cuento lo que fue para mí participar en el
Pleno del Ayuntamiento de La Laguna, de donde es Alcalde el señor Fernando
Clavijo. ¿Y qué les cuento?, que aún ando con el estómago revuelto y un muy mal
cuerpo tras soportar tres horas de Pleno, o mejor será decir de farsa. Los que
conocen cómo son los plenos en política entenderán lo de farsa, los que no lo
entenderán cuando acaben de leer este artículo.
A
las cinco empezaba el asunto y a las cinco menos diez estábamos allí ya los
ciudadanos que íbamos a participar, como intervinientes o como público. Ilusos
nosotros pensamos que en política había puntualidad, pues se ve que en este
Ayuntamiento no. Y así empezamos, con media hora de retraso, con un ambiente
muy distendido y amigable entre sus señorías esperando al señor Alcalde y su
séquito. Un primer detalle: aún sin la presencia del máximo mandatario se me
ocurrió acercarme al escaño a saludar al señor Viciana, defensor de la moción
que llevábamos; ipso facto se me acercó el
bedel para advertirme muy secamente que yo no podía estar ahí. Sin
decírmelo me estaba diciendo: “¡Oiga usted, plebe, ¿cómo osa acercarse a tan
noble lugar?!”
Y
al fin empezó la farsa, se acabó el buen rollito, ya tocaba actuar cada uno en
su papel. Y comenzaron reprochándole a la Subdelegación del Gobierno no se qué
cosa, a lo que se opuso la bancada del PP, lógicamente. Continuaron con el
espinoso tema de las Chumberas y el incumplimiento del Gobierno de Rajoy para
con los vecinos afectados, ahí el señor Abreu grandilocuente defensor de los
ciudadanos, y otra vez el PP que se opone siguiendo el guión. Y siguió una
moción institucional –otro brindis al sol- que pedía al Congreso de los
Diputados algo en relación al rescate a la banca, y aquí sí que se tomaron su
tiempo, había que lucirse y salía gratis. Si no confundo el orden luego le tocó
el turno al señor Mena del Sí Se Puede, quien reprochó al grupo de Gobierno que
utilizaran propagandísticamente actos del Ayuntamiento, invitándolos a que los
invitaran también a ellos para poder salir en la foto. Después de esto, se ve
que tenían prisa por aquello de que jugaba España, y se ventilaron de un
plumazo cinco puntos del orden del día relativos a las cuentas de otros
ejercicios.
Todavía, antes de hablar yo tocó hablar unos minutos sobre el
Eurovegas y algún comentario público que el señor Clavijo había hecho favorable
a la ubicación en La Laguna de tan elegante proyecto, ahí el señor Pérez se
lució un poco para no decir demasiado y acabar retirando la moción. Y así, más
de dos horas después de las cinco, tras un montón de “vitales” asuntos para los
laguneros liquidados por sus señorías, llegó el turno de tratar la moción que
me había llevado al pleno, en la posibilidad de que el Ayuntamiento a través de
Muvisa hiciera de fiador de determinadas familias con dificultades para acceder
al alquiler por carecer de fiador.
En
este punto es donde también yo, cual bufón de la corte, me presto a participar
en la farsa, inocente, ridículo, pensando que había alguna posibilidad de que
sus señorías consideraran la propuesta. Así, me había preparado el discurso, lo
había repetido y estudiado, había seleccionado las palabras, confiado en que el
sentido común y la gravedad del asunto harían el resto para que la moción
pudiera salir aprobada. A la edad que tengo todavía me pregunto cómo puedo ser
tan tonto, hasta el punto de confiar en que los llegaría a convencer. Creo que
ni llevando a 20 familias con 60 niños llorando al pleno habrían cambiado el
voto que traían ya decidido de casa por disciplina de grupo. Y digo yo: qué
divertido debe ser para los comparsas de CC y PSOE asistir a un pleno para
levantar la mano cuando toca, sí señor, a eso le llamo yo autonomía personal. Eso
cuando están para levantar la mano, porque la señora Blanca Pérez, la que fuera
durante años concejala de Asuntos Sociales y sigue en el gobierno para bochorno
de toda la ciudad tras salir huyendo borracha de la policía cuando conducía en
sentido contrario, y el señor Javier Abreu, no estuvieron presentes en el
transcurso de la moción, se ve que sus ilustrísimas tendrían algo mejor que
hacer que escuchar a un vulgar ciudadano hablando de los mundanos problemas de
la gente baja.
Y
así acabó el asunto, con el rechazo de la moción y el subsiguiente cabreo de
los pocos vecinos que allí estábamos, y es que según el Alcalde y su grupo es
técnicamente imposible que el Ayuntamiento haga de fiador de una familia, y ni
se molestaron en estudiar bien el asunto. Por suerte aún tuve tiempo de gritar
desde el fondo de la sala que en Marinaleda su Alcalde sí que fía y más que eso
a sus vecinos, resultando que no s tanto cuestión de procedimiento como de
voluntad. En cualquier caso, no deja de ser curioso que una institución pública cual
Ayuntamiento de La Laguna no pueda fiar solidariamente a familias con
dificultades, y sí pueda otra institución pública, cual Estado Español, fiar
solidariamente a los señores Botín, Goirigolzarri, Fernández y otros tantos de
la familia de los banqueros.
Y
hasta aquí el relato, disculpen el rollo, ya pueden seguir con lo
verdaderamente importante, que igual hasta ganamos la Eurocopa.
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