Agüimes (Gran Canaria), 14 de julio de 2012 / Artículo de Opinión / ANTONIO MORALES MÉNDEZ*
Primero nos llevaron a la trampa de la burbuja económica a nivel planetario que lo inundaba todo de ingenierías financieras, dinero ficticio y operaciones sin control. Más tarde se inventaron una burbuja inmobiliaria en torno a la especulación del suelo y a la sobreexplotación urbanística. Se lanzaron también como posesos a privatizarlo todo para ir desmantelando el Estado tal y como requería el ultraliberalismo, al que se empezó a adorar fervientemente con José María Aznar en el gobierno de España (aunque a Felipe González le hizo tilín con anterioridad). No les ha importado lo más mínimo llevarnos a un mundo de pobreza, paro, profunda desigualdad, pérdidas de derechos y de democracia para cumplir con los recortes y ajustes a los que nos obligan los “mercados” y para hacernos pagar con dinero público los desmanes del capitalismo más codicioso. Y no tienen con eso, sino que cada día que pasa, los partidos políticos mayoritarios dan muestras de su servilismo brutal a un sistema financiero neoliberal, desde la complicidad pero, sobre todo, desde su incapacidad política para generar un modelo económico, social y político alternativo.
Frente a la desesperación de la ciudadanía y a su desapego y desafecto cada vez mayor por la política y las instituciones, no se les ocurre otra cosa a los actuales gobernantes españoles que insistir en la chapuza, la improvisación y el sometimiento más esclavizante. Y lo peor es que nos lo venden como una verdadera opción para la creación de empleo y desarrollo. La batalla por instalar Eurovegas en España de la mano del empresario americano Sheldon Adelson, apostando por el juego, la prostitución y, de nuevo, por la especulación inmobiliaria, es la expresión más nítida de la decadencia, del sometimiento al becerro de oro, a un sistema amoral, donde priman el beneficio y el enriquecimiento sin límites. No dudan para ello en explotar el miedo, la inseguridad y la necesidad de trabajo de millones de españoles y no les produce el menor remordimiento utilizar sus debilidades o enfermedades como la ludopatía: en España hay más de medio millón de personas adictas al juego y en estos momentos es mucho más fácil caer en la adicción porque la desesperación induce a probar suerte, lo que lleva igualmente a la ruina y a la desestructuración a muchas familias.
La lucha encarnizada a la que estamos asistiendo en los últimos meses en los medios de comunicación por quedarse con el lupanar de Adelson, deja a la intemperie lo más mezquino del sistema económico que padecemos y lo más miserable de la política. Y no se libra casi nadie. Resulta terriblemente patético observar la lucha sin cuartel entre Barcelona y Madrid (también lo intentaron Valencia y Tenerife) por hacerse con un proyecto que, como denuncia el escritor Roberto Saviano, experto en el crimen organizado, viene ligado a prostitución, ludopatía, tráfico de drogas y blanqueo de dinero de la mafia. Se trata de montar en un espacio, que habría que recalificar, de casi mil hectáreas, hoteles, campos de golf, casinos con más de ocho mil máquinas tragaperras y de modificar la legislación española para permitir la entrada de menores a las instalaciones, para reformar el Estatuto de los Trabajadores, la Ley de Extranjería y los mecanismos de prevención de blanqueo y movimiento de capitales. Para consentir que se pueda fumar en el interior de las instalaciones, ampliar la edificabilidad urbanística, construir carreteras de acceso, permitir la exención de impuestos y cuotas a la Seguridad Social y un largo etcétera de despropósitos. Dicen que con todo esto van a crear 16.000 puestos de trabajo. Habría que ver cuantos crearían nuestras pymes y autónomos que ya emplean a cientos de miles de trabajadores, que invierten aquí, que generan riqueza aquí y que no se llevan su dinero a paraísos fiscales, si se les concedieran las mismas prebendas. Es penosamente humillante escuchar a Ana Botella tachar de falsa hipocresía el que se cuestione que se pueda cambiar la Ley del Tabaco para este fin, al ministro Soria que considera que la propuesta es “extraordinaria” y que “ojalá” se hubiese planteado en su tierra, o escuchar a una Esperanza Aguirre desbocada ensalzando las excelencias de su Comunidad y su gente para ponerlas al servicio del juego. Había que verla alabando el dominio del inglés de sus convecinos, y menos mal que se paró ahí y no siguió con el francés, el griego y hasta con alguna expresión del habla cubana… O ver el desfile de políticos y empresarios que acuden, cuando viene a España, a rendir pleitesía a Sheldon Adelson, el fundador de Las Vegas Sands y promotor de este dichoso Eurovegas que, como editorializaba The New York Times hace unos días, es el mayor financiador de los republicanos americanos y del Tea Party, hasta el punto de que es el estadoudinense que está dedicando más dinero a derrotar a Obama, quizás también porque la Justicia de su país está investigando si Adelson violó en Macao la Ley de Prácticas Corruptas Extranjeras.
¿De verdad era éste el nuevo modelo productivo que estaban buscando y que se necesitaba para salir de la situación de crisis que vivimos? Se decantan por una salida a la crisis, y a la recesión que anuncia de Guindos, apostando por un modelo de tahúres y proxenetas mientras destruyen los pilares de un modelo productivo de futuro ligado a la educación, la investigación, la universidad y las energías limpias. Debe ser por eso entonces por lo que han herido de muerte a las renovables, imprescindibles para el medio ambiente, para romper nuestra dependencia energética, para la supervivencia de más dos mil empresas, para el mantenimiento de más de 40.000 puestos de trabajo y para la creación de muchos miles más. Se apoya la concesión de primas, ayudas y la ejecución de obras públicas para el juego y la prostitución, pero se torpedea a las renovables porque estorban al lobby eléctrico y echan por tierra una industria pujante, innovadora, que abre mercados para España en el exterior y espacios a la industria y la innovación tecnológica. Debe ser por eso por lo que se han reducido en un 30% , en tres años, los presupuestos españoles en I+D+i, a pesar de que el Congreso aprobó la Ley de la Ciencia que en su preámbulo establecía que “el modelo productivo español se ha agotado, con lo que es necesario impulsar un cambio a través de la apuesta por la investigación y la innovación…” y de que Luis de Guindos lo ratificó en febrero pasado (“vamos a hacer de la I+D+i la base del futuro desarrollo de la economía”), y a pesar de las críticas de Financial Times (por cortar “un motor de la recuperación”) y de Bruselas que denuncia que España ocupe en estos momentos el lugar número 18 en la UE-27. Debe ser por eso por lo que están recortando en 10.000 millones de euros los presupuestos dedicados a la educación, a la inversión en formación, y van a reducir en cinco años la inversión pública en enseñanza de un 4,9% al 3,9% del PIB, lo que, de nuevo, hace advertir a Bruselas que “los recortes en educación amenazan con socavar el potencial de crecimiento de la economía y la competitividad”. Debe ser por eso que se ataca a las universidades dificultando el acceso a los estudiantes, congelando la oferta de empleo público, disminuyendo la plantilla de docentes, recortando titulaciones, rebanando las inversiones en un 89%, las becas en un 25%... A lo que se ve, era el de una “casa de putas”, como calificó el presidente de Kutxabank a Eurovegas, el modelo económico que necesitábamos. Como dice Derek Bok, el que fuera rector de la Universidad de Harvard: “Si el conocimiento te parece caro, prueba con la ignorancia”.
*Alcalde de Agüimes
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