SALT (Girona), 12 de abril de 2015 / Cartas al DIrector / Jesús Martínez Madrid
No podemos obviar, cuando acaba de cumplirse un año de su muerte, la decisiva importancia que tuvo el itinerario biográfico de Adolfo Suárez, tanto en el plano personal, donde tuvo que afrontar la dura prueba del sufrimiento, como en su vida pública. Hombre de profundas convicciones cristianas, supo hacer realidad ese "consenso" que queda como modelo en los libros de historia.
En un momento en el que nuevos actores políticos, a veces imberbes y desconocedores de los entresijos de la historia, quieren demoler el espíritu del 78, la figura de Adolfo Suárez emerge, no tanto para señalarnos que ahora tengamos que hacer lo mismo que entonces, sino para poner en valor un legado político y personal del que deberíamos aprender y presumir.
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