Valladolid, 15 de enero de 2016 / Cartas al Director / Josefa Romo Garlito
Simpática la imagen de tantos bebés en la Capilla Sixtina para su bautizo al final de las Navidades (domingo 10 de enero). La comprensión del Papa se ve en su frase a las madres: “Un aviso: ‘Si tu hijo tiene hambre, dale de comer aquí, con total libertad". El Bautismo es un sacramento importantísimo: como señaló el Papa Francisco, nos eleva a la “dignidad de ser “hijo de Dios”, lo que comporta “la responsabilidad de seguir a Jesús, el Siervo obediente, y reproducir en nosotros mismos sus características: mansedumbre, humildad, ternura”. Se trata de un sacramento que limpia, totalmente, de cualquier pecado, empezando por el original (el único del bebé, heredado) y nos incorpora a la Iglesia. Es un don inmenso y maravilloso que nos mereció Cristo en la Cruz.
Cuando se piensa en este sacramento frente al crucifijo, no se puede menos que saltar, interiormente, de agradecimiento gozoso y llenarse de esperanza. Aleccionadoras, para todos los padres cristianos, estas palabras del Papa Francisco: "Hoy, en la fiesta del Bautismo del Señor, ustedes padres llevan a sus hijos para recibir el Bautismo, para recibir la fe. «Yo quiero para mi hijo la fe» ... La fe es la mayor herencia que podréis darles. Busquen que no se pierda, háganla crecer. Espero que sean capaces de educar a estos niños y permitir que crezcan en la fe".
Josefa Romo
Simpática la imagen de tantos bebés en la Capilla Sixtina para su bautizo al final de las Navidades (domingo 10 de enero). La comprensión del Papa se ve en su frase a las madres: “Un aviso: ‘Si tu hijo tiene hambre, dale de comer aquí, con total libertad". El Bautismo es un sacramento importantísimo: como señaló el Papa Francisco, nos eleva a la “dignidad de ser “hijo de Dios”, lo que comporta “la responsabilidad de seguir a Jesús, el Siervo obediente, y reproducir en nosotros mismos sus características: mansedumbre, humildad, ternura”. Se trata de un sacramento que limpia, totalmente, de cualquier pecado, empezando por el original (el único del bebé, heredado) y nos incorpora a la Iglesia. Es un don inmenso y maravilloso que nos mereció Cristo en la Cruz.
Cuando se piensa en este sacramento frente al crucifijo, no se puede menos que saltar, interiormente, de agradecimiento gozoso y llenarse de esperanza. Aleccionadoras, para todos los padres cristianos, estas palabras del Papa Francisco: "Hoy, en la fiesta del Bautismo del Señor, ustedes padres llevan a sus hijos para recibir el Bautismo, para recibir la fe. «Yo quiero para mi hijo la fe» ... La fe es la mayor herencia que podréis darles. Busquen que no se pierda, háganla crecer. Espero que sean capaces de educar a estos niños y permitir que crezcan en la fe".
Josefa Romo
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