Palamós (Girona Cataluña), 27 de febrero de 2016 / Cartas al Director / Xus D Madrid
En su último viaje a México Francisco manifestó que quiere que los católicos se pongan en primera línea “en todas las iniciativas que ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad, donde no haya necesidad de emigrar para soñar... Una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan en las manos de los traficantes de la muerte”. Especialmente a la jerarquía católica, le pedía el Papa una denuncia clara y no “condenas genéricas”. Fue un discurso de especial importancia el que les dirigió a los obispos, a quienes urgió a comportarse no como “príncipes”, sino como “testigos del Señor” cercanos a su pueblo. Con unos y otros mensajes, el Papa señaló el camino para la renovación de la Iglesia y de la sociedad en México, un camino nada sencillo en un país donde la coherencia no pocas veces se paga con la muerte.
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