La especulación por la tierra en África amenaza la seguridad alimentaria contra la que no vemos actuar directamente a las ONGs tan preocupadas por las ayudas a los agricultores europeos.
Baños de Valdearados (Burgos), 22 de mayo de 2012 / Cartas al Director / Domingo Martíndez Madrid
Tan solo en 2009, un total de 60 millones de hectáreas de tierras en países en desarrollo, lo que supone una superficie tan grande como Francia, fueron adquiridas por empresas de inversión. Teniendo en cuenta que más del 60% de la población subsahariana de África depende de la agricultura como medio de vida, el impacto de esta especulación en el panorama económico, social y político de África ha sido elevado, según recoge un informe que con el título “Conociendo las operaciones inversionistas de tierra en África” que publicaba el Instituto Oakland (EEUU).
El informe señalaba que la población más pobre del mundo depende de la agricultura. La especulación de los inversionistas está elevando el precio de las tierras, beneficiando solo a los intermediarios y amenazando la seguridad alimentaria, al fomentar la pobreza y el hambre de los habitantes de estas zonas.
El informe pone de manifiesto que a los inversores se les ha ofrecido tierra para su explotación, por cantidades irrisorias de dinero, durante largos periodos (más de 99 años), con agua ilimitada y ventajas fiscales para producir cultivos bioenergéticos y exportarlos a los mercados a los países desarrollados. Las empresas de agronegocios de Europa y de EEUU, ahora también las chinas, han comprado cientos de miles de hectáreas. Sin embargo, lo más sorprendente que el informe pone de manifiesto es que prestigiosas universidades de EEUU, se han metido en el negocio de la compra de tierras baratas, a través de inversiones en fondos que prometen retornos de un 25% de interés.
En Sierra Leona, el alquiler de las tierras es inferior a 2 dólares/ha. En Zambia, el 94% de la superficie es controlada por jefes locales, que son los que deciden y con los que fácilmente se les puede convencer ofreciéndoles bebidas alcohólicas. En Etiopía, cientos de miles de personas han sido desplazadas de sus hogares, y las tierras que han pertenecido a sus familias desde generaciones han sido vendidas o alquiladas a inversionistas extranjeros. Antes estos atropellos, los que se oponen a que en Europa se trabajen las tierras racionalmente callan.