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viernes, 6 de mayo de 2016

El Matrimonio, gran tesoro.

Madrid (España), 06 de mayo de 2016 / Cartas al Director / Josefa Romo

La Familia, célula básica de la sociedad y fundada sobre el vínculo matrimonial, es la institución más estimada y la más valorada en Europa. El matrimonio cristiano, y el civil entre no cristianos, se caracteriza por ser una realidad indivisa (exclusiva), abierta a la vida e indisoluble, con mutuas obligaciones de fidelidad y lealtad.

Con el divorcio exprés, parece que se ha puesto el empeño en diluir el matrimonio, y no en apuntalarlo. Un experto en asuntos de familia, apunta: «Se ha creado un ambiente favorable a la infidelidad y a la falta de esfuerzo en querer solucionar una relación matrimonial, en el caso de que no funcione adecuadamente. La opción más fácil que se proclama es la de romper, en vez de la de luchar por recuperar el amor de la pareja».(ABC). 

No tomarse en serio el matrimonio, tiene graves consecuencias para el bienestar personal, familiar y social. El matrimonio es un tesoro, un camino de felicidad para el hombre y la mujer, diferentes y complementarios. Debe custodiarse: de su buena marcha dependen la alegría íntima de los esposos, su serenidad serenidad interior y los mimbres para una educación verdadera de los hijos que les haga interiormente sanos y seguros. Uno de los riesgos es la "amistad particular", que, si ya es capaz de romper la armonía de cualquier grupo, en el matrimonio es carcoma que puede derrumbarlo si no se advierte a tiempo. Para marido y mujer, es inexcusable la "guarda del corazón". 

martes, 15 de septiembre de 2015

Ver a Dios

Madrid (España), 15 de septiembre de 2015 / Cartas al Director / Josefa Romo

Hoy, se habla de deportes, de política y, muchas veces, de religión. Algunos se confiesan agnósticos. Del libro de la Sabiduría es esta frase: "vanos por naturaleza son todos los hombres que han ignorado a Dios; los que, a partir de las cosas visibles, no fueron capaces de conocer a «Aquel que es», y al considerar sus obras, no reconocen al Artífice" (13, 1). Mas,  cuando uno no quiere creer, siempre encuentra excusas.

¿ Nos extraña el argumento de los que dicen que no creen porque no han visto a Dios? Yo no veo el aire; pero percibo sus efectos. Unos notan, en su interior, la presencia divina y otros quieren ignorarla, o la buscan fuera, estando dentro, como diría San Agustín. Ver a Dios es la bienaventuranza reservada para los limpios de corazón; o sea, para  los sencillos y los castos, para los que son compasivos y están libres de egoísmo.  Dios no es materia, y lo captan los que saben elevarse sobre ella. Ni en esta vida ni en la otra, vamos a contemplar a Dios en figura, porque Él es espíritu puro; mas la percepción de su divina esencia, amorosa y sublime, arroba el alma de los bienaventurados. Aquí, en la tierra, Dios enamora el alma de los místicos, separados de Él, sólo por la cortina de un velo. “ Amor, ¡qué corta es la eternidad para amarte!” prorrumpió André Frosard, periodista y escritor, al abrirse sus ojos al misterio tras larga noche de indiferencia y ateismo.


lunes, 22 de junio de 2015

Dos milagros para nuestros días

Madrid (España), 22 de junio de 2015 / Cartas al Director / Josefa Romo

El 20 de junio, el Papa viajó a Turín, en cuya catedral  veneró, de nuevo, la Sábana Santa que envolvió el cuerpo de Cristo en el sepulcro. De ella, dijo, en 2013: "Este Rostro tiene los ojos cerrados, es el rostro de un difunto y, sin embargo, nos mira de un modo misterioso y nos habla en el silencio». Es de lino  y encierra un milagro que deja boquiabiertos a científicos ateos que la estudian. ¿Qué es un milagro? Un hecho extraordinario inexplicable para la razón y la ciencia, exponente de la omnipotencia divina y que acerca a muchos a la fe. Milagros hay muchísimos: los santos canonizados, su santidad ha sido verificada por la Iglesia mediante la realización de algún milagro por su intercesión, confirmado el hecho inexplicable por varios médicos y teólogos. Hay dos milagros para nuestra época, imposibles de  constatar si no fuera por la técnica tan avanzada: el de la Sábana Santa (la Síndone) y el de la imagen de la Virgen de Guadalupe en la Tilma del indio Juan Diego. ¿Quién podría negar esa maravilla presentada por la técnica moderna? La Sábana Santa es el negativo de la fotografía del Señor con su cuerpo herido como se expone en los Evangelios, y con elementos del lugar: flores, espinas, etc. Quien no cree, es porque cierra sus ojos. La fe es un don de Dios, que se resiste a los soberbios y se manifiesta a los limpios de corazón.  

domingo, 9 de marzo de 2014

El "Día de la Mujer trabajadora" y el aborto

Málaga (Andalucía), 09 de marzo de 2014 / Cartas al Director / Josefa Romo.

El 8 de marzo, en distintas ciudades españolas, hubo manifestaciones centradas en el cacareado "derecho a decidir". ¿Sobre el propio cuerpo? Pues vale, aunque no sin peros (nadie debe decidir, por ejemplo, que le corten las venas). Pero si se trata de decidir sobre la vida del niño concebido y todavía no nacido, pues de ninguna manera: no es el propio cuerpo, sino otro ser humano, como lo atestigua la Ciencia. Matar al niño nonato es canibalismo salvaje. ¿O no?.

En fin, sorprende que muchos de los que se autodenominan progresistas, sea eso lo que tienen que pedir para las mujeres en una efemérides tan señalada, el "Día Internacional de la Mujer trabajadora", en lugar de reivindicar, principalmente, la posibilidad de trabajo digno para todas, los derechos laborales, la no discriminación en los sueldos, que no despidan de la empresa a las mujeres embarazadas o con "cargas familiares" (con hijos) y una paga por maternidad para facilitar este derecho de la mujer. ¿Es más importante la pasión, el deseo o la muerte, que la vida; el libertinaje, que la razón? Nadie es propiedad de su madre, ni
del Estado. Por eso, ha de respetarse la vida de todos siempre. Los hijos, salvo el caso de violación, no vienen porque sí, y, sea cual fuere la circunstancia de su aparición, no se debe castigar a un inocente con la pena de muerte, que ni siquiera pueden darla al violador. ¿Es que con el niño nonato hay que hacer una excepción?