48º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física
• La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina por la uretra, provocando al paciente un problema higiénico y que en muchas ocasiones limita su relación social
• La incontinencia urinaria en España varía en función de la edad y el sexo. Aumenta con la edad y es más frecuente en la mujer que en el varón.
• Una de cada cuatro mujeres padece esta patología. Este porcentaje aumenta hasta un 50% en mujeres de más de 65 años.
• Un 77% de las personas incontinentes manifiestan insatisfacción ante el supuesto del mantenimiento en el tiempo de su condición patológica, ya que es percibida como generadora de limitaciones.
• Así las cosas, el 64% de los pacientes declaran que la Incontinencia Urinaria (IU) les provocaba una alteración manifiesta de su calidad de vida, en ámbitos tan diversos como los laborales, sociales, emocionales y familiares”.
Las Palmas de Gran Canaria, 16 de junio de 2010 | Sanidad | Gabinete de Prensa.
“La incontinencia urinaria constituye un problema de tipo socio-sanitario de primer orden, cuyas cifras siguen incrementándose cada año en nuestro país. Así, en el metaanálisis realizado por el ONI ya en el año 2007, estimaba la prevalencia de la patología en 6.190.000 personas. Con las tasas estandarizadas a 2009 en población española, la cifra aumentaría a 6.510.000, un 15,8% de la población”, asegura el doctor Luelmo, ginecólogo del Hospital Universitario Materno-Infantil de Las Palmas.
El experto impartirá una charla titulada Incontinencia Urinaria en el marco del 48º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), que tendrá lugar los días 15, 16, 17 y 18 en el Palacio de Congresos Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria.
Así las cosas, la prevalencia de la Insuficiencia Urinaria en España varía en función de la edad y el sexo. “Aumenta con la edad y es más frecuente en la mujer que en el varón, entre dos y cuatro veces más común”, indica el experto.
Según el ONI (Observatorio Nacional de la Incontinencia) se puede estimar una prevalencia global para la mujer de un 24% (más de 5 millones de mujeres), aumentando al 30-40% en las mujeres de mediana edad y de hasta un 50% en las mujeres ancianas.
Una patología poco abordada
“La Incontinencia Urinaria es una patología poco abordada y que pasa desapercibida, no llegándose en la mayoría de las ocasiones a un diagnóstico etiológico. Además, no se recomiendan las medidas ni las soluciones adecuadas para cada persona, lo cual produce importantes repercusiones en la calidad de vida de los pacientes y en su entorno”, señala el conferenciante. De hecho, “un 77% de las personas incontinentes manifiestan insatisfacción ante el supuesto del mantenimiento en el tiempo de su condición patológica, ya que es percibida como generadora de limitaciones”, añade.
Así las cosas, “el 64% de los pacientes declaran que la Incontinencia Urinaria (IU) les provocaba una alteración manifiesta de su calidad de vida, en ámbitos tan diversos como los laborales, sociales, emocionales y familiares”.
Además, “más de la mitad de los pacientes, en concreto el 57,5%, suspende a las administraciones públicas por la atención prestada hacia la patología, demandando más información sobre la misma y sus tratamientos” apunta el doctor Luelmo.
Calidad de vida y enfermedades mentales derivadas
Por otra parte, según el experto, “la I.U supone una limitación y un obstáculo a la hora de realizar las actividades de la vida cotidiana, incluidas las laborales y las sociales, al mismo tiempo que supone un lastre emocional, llevando incluso a provocar otras enfermedades relacionadas como ansiedad, estrés, depresión e incluso aislamiento social”.
Las razones principales esgrimidas por los pacientes para no acudir a la consulta de los profesionales sanitarios se centran en las falsas creencias de que la incontinencia de orina es normal para su edad, que no tiene solución y en los sentimientos de vergüenza de quien la padece.
Estos datos “resaltan la necesidad urgente de formar a los profesionales en el conocimiento y manejo de la incontinencia, para no subestimar la importancia de esta condición patológica y reducir el infradiagnóstico y el infratratamiento. Además, sería importante concienciar a los pacientes para que no renuncien a la posibilidad de mejorar su calidad de vida por no consultar a los profesionales”.
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