domingo, 13 de marzo de 2011

El Club de Lucha Tinamar presenta en La Caldereta una exposición por su 60 aniversario

San Mateo, 13 de marzo de 2011 | Deportes | Pedro José Rodríguez Suárez(*).

La próxima semana se dará cita un importante acontecimiento deportivo a nivel municipal en la Sala de Exposiciones La Caldereta; el Club de Lucha Tinamar inaugura la exposición en homenaje a su 60 aniversario desde la creación del Club.

Esta muestra expondrá las diversas fases por las que pasó el Tinamar desde su fundación, y se podrá hacer un recorrido histórico a través de fotografías, recortes de prensa, los trofeos ganados e incluso el vestuario.
Este acto será de los primeros que abra la programación organizada para rendir homenaje a este gran Club que ha llevado el nombre de Tinamar a todos los rincones de Canarias, entre los que destaca la presentación de un libro sobre su historia, luchadas honoríficas, etc.

A partir del viernes 18 de marzo a las 20:00 horas, momento de la inauguración, podrá visitarse la Sala de Exposiciones La Caldereta para acercarse un poco más a la historia del Club de Lucha Tinamar, un Club de referencia en la historia reciente de la Lucha Canaria.

La muestra podrá visitarse hasta el domingo 3 de abril, en el horario de sala de miércoles a viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 18:30 a 20:30 horas, y sábados y domingos de 10:00 a 14:00 horas.

“Toda una oportunidad para disfrutar de la trayectoria de este gran club de lucha veguero y conocer algo más sobre nuestra localidad de Medianías a través del deporte vernáculo canario”, argumenta el Concejal delegado en Deportes, Eladio Hidalgo López.

BREVES APUNTES SOBRE LOS ORÍGENES DE LA LUCHA CANARIA EN SAN MATEO
Perdidas en el Atlántico, frente a las costas africanas, un puñado de islas volcánicas acababan de ser conquistadas para la Corona. Se producía este importante acontecimiento allá por el siglo XVI.

Entre otras muchas cosas los conquistadores pudieron observar cómo los habitantes de esas islas llevaban a cabo una serie de extrañas prácticas, unas de carácter religioso y algunas otras que podríamos denominar como de carácter lúdico o deportivo.

Observaron los conquistadores cómo los habitantes aborígenes llevaban a la práctica una serie de ritos, acompañados de largos palos unas, y otras poniendo a prueba su fuerza física en una especie de lucha cuerpo a cuerpo.

¿Y cómo conocemos de la existencia de esas prácticas? Estos importantes datos llegaron a nuestros días a través de los cronistas, de los escribanos que eran una serie de personajes que solían acompañar a los conquistadores-invasores en sus incursiones por estas lejanas tierras.

Entre ellos, los cronistas, destaca sobremanera uno de ellos, Leonardo Torriani, quien en una de sus crónicas nos habla de ello, dejándonos incluso una serie de grabados en los que se puede observar la realización de tales prácticas.

Hecha pues, esta somera introducción, podemos, sin temor a equivocarnos, afirmar que esas luchas cuerpo a cuerpo, fueron probablemente el origen de lo que hoy conocemos como “lucha canaria” datándose pues desde los remotos días de la existencia de este archipiélago afortunado.

Como casi siempre suele ocurrir en el transcurso de la vida, algunos hechos datables van evolucionando con el paso de los años y de los siglos, muchas veces perdiendo su pureza original al ir contaminándose con aportaciones foráneas, ajenas a lo que en su estado original fueron.. Y éste es el caso que nos ocupa, es el caso de la “lucha canaria” tal y como en la actualidad la conocemos.

Una vez terminada la conquista-invasión estas maravillosas tierras fueron repartidas entre los invasores y, con el paso del tiempo, talada su magnífica vegetación en aras de roturar los terrenos para dedicarlos al cultivo de las especies introducidas.

Se crean los municipios primitivos, y uno de ellos es denominado La Vega cuyos límites comprendían desde lo que hoy conocemos como la capital de la isla de Gran Canaria y cuyas tierras se extendían hasta las estribaciones cumbreras.

Una parte de este supuesto municipio pasó a llamarse la Vega de Arriba. Pero no es hasta la memorable fecha del día 16 de diciembre de 1801 en que es creado el actual municipio de la Vega de San Mateo, el antiguo Tinamar que conocieron los antiguos cronistas. Y es aquí donde nos planteamos el gran dilema, la gran pregunta: ¿Por qué Tinamar?

Según algunos estudiosos, el nombre Tinamar es de origen berebere (no olvidemos la cercanía del Archipiélago con el continente africano. Los viejos pescadores majoreros solían decir que de Fuerteventura a berbería se va y se viene en el día).

Tinamar significa tierras de la gran barba, en alusión a la impresionante vegetación que la poblaba (términos de origen berebere).

Y este precioso nombre y no otro es el que, estimados lectores, adopta oficialmente desde la década de los 60 y hasta la actualidad el club de lucha de la Vega de San Mateo.

Mucho antes de denominarse Tinamar al club de luchas de San Mateo, y según las crónicas orales del lugar, y siguiendo la tradición histórica que nos relataba Leonardo Torriani, ya en esta vega veníase realizándo desafíos luchísticos entre los gañanes del pueblo, de igual modo que era también tradición realizar el arrastre de una gran piedra en la parte posterior de la primitiva iglesia del pueblo.

Los desafíos de los que hablamos se solían realizar en las múltiples eras con las que contaba el municipio, o bien los domingos a la salida de misa mayor.

Cuentan los más viejos del lugar que era tanta y tan grande la afición luchística que durante las trillas los desafíos mediante la ya olvidada técnica de mano arriba y cogidos del cinto, los hombres se desafiaban entre sí.

De entre todos estos desafíos todavía hoy, entre los buenos aficionados a la lucha, uno de estos desafíos no ha caído en el olvido y es el que protagonizaron dos personajes del municipio y es el que se llevó a cabo entre Maestro Merino y D. José Navarro del que salió mal parado Maestro Merino ya que D. José Navarro se había preparado a fondo en Telde, rompiéndose el susodicho Merino algunas costillas por lo que tuvo que guardar reposo durante largo tiempo. Esta, sin lugar a dudas es la grandeza de la lucha canaria.

Va creciendo el germen de la lucha canaria y un grupo de buenos aficionados se reúnen para fundar el que seria el primer club de lucha de la Vega de San Mateo, pero denominándose de otra forma, denominación que también tiene que ver con su historia.

El club del que hablamos se denominaba Saucillo. El Saucillo es, junto con el Pico de las Nieves uno de los puntos más altos de la orografía Grancanaria. El Saucillo, conocido también como Cruz de los Navegantes, ya que desde la mar, el primer punto de la isla que los navegantes observaban era este.

Ya tenemos pues el primer club de lucha de la Vega de San Mateo, el Saucillo. Este equipo inició su andadura allá por la década de los 50 y gracias a unas clases de alfabetización que impartía D. José Saenz Tejera. Los entrenamientos tenían lugar en la herrería de Maestro Lorenzo Hernández muy cerca de donde estaba situado el improvisado terrero, en un cercado donde posteriormente se construiría la feria de ganados. También fueron famosas las luchadas celebradas en la Alameda de Santa Ana.

El Saucillo estaba preparado por D. Fernando Ramírez, siendo también cofundador y presidente D. Sebastián Ramírez. Posteriormente el Saucillo pasó a entrenar a un solar sito en la calle Suárez Navarro, hoy Principal, cedido amablemente por D. Santiago Rodríguez, y lo que son las casualidades de la vida, en ese solar con el paso de los años fijaría su domicilio hasta su muerte quien fuera un gran amante, mecenas y revulsivo del Tinamar, D, José Santana Ventura, popularmente conocido como Pepito el Cabo.

El uniforme de brega del Saucillo era totalmente blanco y fue su entrenador el conocido Miguel, “pollo del cortijo”.

Los equipos con los que bregaba el Saucillo eran el Doramas, el Schaman y otro de Telde.
Entre los luchadores del Saucillo de esa época tenemos que destacar a Manuel Vega, Antonio Santana, conocido como el Mallorquino, Manuel Navarro, Juan Galván y Antonio Hernández, “pollo del callejón”, padre de la importante saga luchística de “los callejones”
Por causas que desconocemos el Saucillo dejó de existir en el año 1952.

Durante los años 1958-1959 (algunos dicen que fue en el año 1962) tal vez picados por el gusanillo de viejas gestas, un grupo de antiguos luchadores del Saucillo se reúnen para refundar el equipo pero esta vez ya con el nombre que todavía hoy ostenta, el Tinamar.

Como no podría ser de otra forma, los nuevos comienzos estuvieron llenos de dificultades económicas ya que los luchadores se tenían que costear la ropa de brega pues se carecía de ayudas oficiales y de socios. A titulo anecdótico, cuentan que uno de los políticos de aquel entonces ofreció al Tinamar la realización de una verbena y una rifa, dándose la circunstancia que los luchadores sólo vieron el dinero de la rifa después de haber organizado tal evento.

El nuevo equipo del Tinamar inició su andadura en la herrería de D. Pedro Rodríguez (como podemos observar la lucha en San Mateo siempre se inicia al calor de una fragua, hierro candente y golpe de mandarria). Su primer entrenador fue Manuel Navarro.

Pero como a perro flaco todo son pulgas el escaso dinero que se pudo sacar de la rifa verbenera tuvo que emplearse en pagar los gastos ocasionados por una lesión que sufrió el luchador Francisco Santana “Pulido”.

Las primeras bregas del Tinamar se celebraron en un solar que poseía D. Pedro Rodríguez en la antigua calle José Antonio, hoy felizmente denominada Placetilla de la Caldereta, frente al antiguo cine España. Se entraba al solar por uno de los garajes de los antiguos piratas.

Destacaron en aquella época por su continuidad y dedicación al equipo los nombres de Juan Hernández, Juan Galván, Antonio Santana, Claudio Viera, José Déniz Quintino, los hermanos Navarro: Carlos Eugenio y Fermín, este último toda una institución de la lucha y alma Mater del Tinamar. También destacaron Gonzalo López, Eduvigio Vega, Ismael Navarro, Navarro el de la Bodeguilla, Gustavo Cárdenes y Antonio Navarro el fontanero quien realizaba a modo de exhibición el levantamiento del arado.

Como otra anécdota debemos decir que el equipo era conocido popularmente como “los Navarro” por la abundancia de tal apellido. También en honor a la verdad hay que decir que el luchador Gustavo Cárdenes era el que suministraba la arenilla para poder realizar los entrenamientos.
Existía también un equipo de juveniles entre los que merece destacar a José Ramírez, (Pepe Macías), Máximo Santana, Carmelo Padrón, Diego Vega, Claudio Hernández, etc.

Con la llegada a la alcaldía de D. Pedro Ojeda Monzón se empezaron a recibir ayudas oficiales, cediendo la casa conocida como de las Paudas para entrenamientos (se da la circunstancia que en el solar de esa casa se levanta hoy en día el actual Ayuntamiento). Asimismo se realizaron numerosas verbenas para recaudar fondos para el club. También se alquiló un solar cito en la calle Dr. Ramírez Cabrera para destinarlo a terrero. La arrendataria era Antoñita Domínguez y estaba situado frente a la hoy Sala de Exposiciones La Caldereta.

Llegados al año 1961 se hicieron los estatutos del club, federándose y adquiriendo oficialidad firmando las correspondientes actas D. Antonio Navarro, D. José Santana Ventura, y D. Antonio Padrón.

En el año 1964 D. Antonio Navarro (padre) cedía su casa al club para uso de vestuario y como lugar de competición creándose a continuación la primera junta directiva presidida por D. Antonio Navarro (hijo), D. José Santana Ventura, D. Pedro López Cazorla, D. Antonio Cabrera Pérez, D. Antonio Navarro (padre) D. Juan Santana (el de Gonzalo) D. Francisco Hernández Mejías, D. Ismael Peñate, D. Pedro Santana Marrero y D. Miguel Rodríguez Sánchez.

Debemos destacar la labor de D. Francisco Hernández que fue delegado de campo además de preparar el terrero, D. Ismael Peñate quien se ocupaba de la taquilla, D. Pedro López que preparaba las gradas y D. Pedro Santana Marrero quien llevaba al equipo por los diferentes lugares donde debía competir.

Y ya para terminar con estos breves apuntes sobre los orígenes de la lucha canaria en San Mateo queremos destacar que el Club de Lucha Tinamar siempre ha estado ligado a la historia del municipio, no sólo adoptando el nombre prehispánico del mismo sino en algo tan importante como puede ser la creación de la bandera de San Mateo ya que sus colores, azul y naranja, en primer lugar fueron los del uniforme de brega del Tinamar, adaptándolos posteriormente el Ayuntamiento como los colores oficiales de su enseña.

(*) Cronista Oficial de la Vega de San Mateo-Tinamar

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