domingo, 26 de junio de 2011

Religión y sociedad

Madrid (España), 26 de junio de 2011 | Cartas al Director | Lisa Justiniano

Se está consolidando un movimiento de vilipendio público del cristianismo, cruento en naciones musulmanas o incruento en occidente, a través de manifestaciones “culturales” o de profanación de iglesias. Una famosa actriz de Hollywood se ha sumado a la nueva corriente que proclama que las religiones son la causa de todos los males del mundo. Los que esto afirman demuestran con su modo de vida que realmente repudian la religión y no respetan lo que ésta aconseja.

La religión por antonomasia, la católica, cuya perfección de decretos -dictados por el Dios hecho hombre- no ha sido superada, lo que nos manda es amar. ¿Es que amar es perverso? ¿Desde cuándo respetar a Dios, a los padres, a la mujer y los bienes del prójimo son prácticas malévolas? ¿Es que atender las necesidades espirituales propias o ajenas, ayudar al necesitado, el huir de la lujuria, del homicidio y del odio es reprobable? Todos sabemos que si se siguiera la ley de Dios, liberadora de lo que nos impide ser libres, -el pecado en todas sus formas-, la humanidad viviría sin el flagelo de la droga, la guerra, la extorsión, los abusos y la sociedad contaría con menos suicidios, enfermedades sexuales y depresiones, gozando de mejor salud.

Sólo algunos seguidores de Alá justifican erróneamente el asesinato del infiel para ganar el Paraíso. Pero esa no es una religión sino una interpretación cruel del decreto divino que prohíbe, siempre y en cualquier circunstancia, atentar contra la vida ajena, decreto que Dios mismo graba en la conciencia humana de los que incluso nunca han llegado a conocerle y que hoy se ha difuminado hasta el punto de justificar el aborto o la eutanasia.

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