jueves, 23 de febrero de 2012

LOS PARTIDOS NEO DEMOCRÁTICOS

(A partir del artículo Ecología política: génesis, teoría y praxis de la ideología verde de Florent Marcellesi, en el nº 85 de los Cuadernos Basteaz.)

Las Palmas de GC, 23 de febrero de 2012 / Artículo de Opinión / Xavier Aparici Gisbert (*)

En el año 1968, en diferentes países del mundo hubo revueltas juveniles y disturbios ciudadanos. Sobre todo, el mayo de ese año en Francia ha pasado a la historia como el ejemplo de una revolución muy corta, relativamente incruenta y casi efímera, que, no obstante, supuso el cuestionamiento profundo de la cultura jerárquica y patriarcal y del ideal del progreso ilimitado y consumista, vigentes hasta el momento. Jóvenes que no habían vivido el final de la segunda guerra mundial ni el nacimiento de la “guerra fría” y mujeres feministas, al lado de ciudadanos y ciudadanas pacifistas, junto a libertarios, autogestionarios y medioambientalistas, hicieron surgir nuevas aspiraciones transformadoras, más allá de lo que desde entonces se denominó la política tradicional. En la Europa del norte y en los Estados Unidos de Norteamérica, la crítica de las jerarquías y del machismo, la conciencia antiproductivista y el ecologismo empezaron a emerger, sobre los discursos oficiales y las reglas de juego existentes, para quedarse y alumbrar los nuevos modos de lo democrático, menos ideológicos y políticos, más plurales y sociales.

Mientras en las fuerzas políticas mayoritarias se iniciaba la deriva hacia las “políticas realistas” y a la competencia por ocupar el centro político, a media distancia de ninguna parte; a la vez que, tras la crisis de los estados del bienestar, el neocapitalismo volvía a por sus fueros, ahora a escala global; las nuevas conciencias feministas, pacifistas, anticapitalistas y ecologistas se extendían para conformar la actual cultura política alternativa y altermundista. Los colectivos políticos que se fueron configurando con esos nuevos valores y finalidades han seguido un sinuoso camino, y, madurando en las sucesivas crisis sociales, económicas y medioambientales, aquí están.

Estas nuevas fuerzas sociopolíticas tienen mucho que aportar para afrontar la gran crisis contemporánea, pero, ignoradas y infamadas por los medios de comunicación del neoliberalismo hegemónico, se les hace parecer como poco relevantes. Además, por sus inusuales configuraciones y estrategias resultan todavía difícilmente definibles por la sociedad civil, en sus categorizaciones tradicionales para definir a los partidos:

Aunque comparten la pretensión de “la izquierda” de conseguir sociedades solidarias y más igualitarias en el aseguramiento general de los medios de vida digna, se distancian de las rémoras ideológicas, elitistas y productivistas que se dan en la vertiente clásica del progresismo en la política.

Socialmente, se orientan hacia una concepción antiautoritaria, hacia una liberación de la ciudadanía y sus colectivos que les permita ejercer, autónomamente, sus derechos y deberes, pretendiendo, tanto en el interior de las organizaciones como en el conjunto social, la profundización de la democracia y de la soberanía popular.

La ineludible necesidad de reivindicar la plena justicia humanitaria en lo económico junto a la inaplazable defensa de los ecosistemas, recursos y servicios naturales en lo ecológico, ha llevado a estos colectivos neo democráticos a posicionarse en contra del productivismo capitalista. Contra esa locura antihumanitaria y biocida que con la desquiciada pretensión de un crecimiento infinito de la explotación y el consumo nos está llevando a un colapso civilizatorio y natural.

Los partidos neo democráticos aún no gobiernan. Pero prosperan a la velocidad de la conciencia democrática, solidaria y ecologista.

(*) Filósofo y Secretario de Redes Ciudadanas de Solidaridad.
http://bienvenidosapantopia.blogspot.com.

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