“Una alimentación saludable influye en el rendimiento escolar”, apunta Silvera
Santa Cruz de Tenerife, 6 de septiembre de 2012 / Nutricionista - Salud / Gabinete de Prensa.
Con el comienzo del nuevo curso escolar, miles de estudiantes de Canarias volverán a la rutina diaria, después de casi tres meses de vacaciones. Es importante que la “vuelta al cole” se realice de forma adecuada y, como siempre, entre otros aspectos, destacamos los relacionados con la alimentación saludable, que, según muestran diversos estudios e investigaciones, influye en el rendimiento escolar. En los meses de verano, además, es frecuente que cambien los hábitos alimenticios, por lo que al comienzo del curso se debe adoptar una dieta equilibrada para que este inicio de temporada sea provechoso en todos los aspectos.
¿Qué importancia tiene una alimentación adecuada en los niños?
“Una correcta alimentación en la infancia es esencial para conseguir un desarrollo adecuado en peso y talla, al igual que alcanzar un óptimo estado de salud. De la misma manera, es esencial para el desarrollo psíquico e intelectual, y posibilita y potencia el aprendizaje en esta etapa. Además, los hábitos alimenticios en los niños forjan las bases para una dieta sana y equilibrada en etapas posteriores. Es el momento de que aprendan a degustar diferentes sabores y texturas, y de que se habitúen a comer todos los alimentos en su justa medida”.
¿Qué problemas nutricionales se detectan hoy en día en los niños en edad escolar?
“El principal problema nutricional que detectamos en los niños canarios que inician el curso es el aumento de la incidencia de sobrepeso y obesidad infantiles, factores de riesgo ambos para padecer otras enfermedades en el futuro. Ambos problemas se sustentan, entre otros factores, en una incorrecta alimentación y en malos hábitos de vida, tales como el sedentarismo”.
¿Cuál es el modelo adecuado de dieta saludable para los niños y la población en general?
“Es aquel modelo que incluye todos los alimentos pero, sobre todo, haciendo hincapié en
la ingesta de aquellos de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas, cereales y legumbres), consumo de pescado (blanco y azul) y un menor consumo de alimentos de origen animal (sobre todo carnes rojas y productos con gran cantidad de grasas saturadas en su composición) y de aquellos que contienen mucha cantidad de azúcares (bollería, dulcería repostería, refrescos, chucherías). En este sentido, la dieta mediterránea, que ya es patrimonio inmaterial de la humanidad, puede ser el mejor modelo a seguir”.
¿Qué alimentos resultan imprescindibles para garantizar una alimentación adecuada?
“Siempre recomiendo el consumo de aquellos alimentos que tradicionalmente han formado parte de la dieta canaria, pero que hoy por diferentes razones, están quedando relegados en ella: frutas, verduras, hortalizas, cereales, legumbres y pescado. La presencia de los vegetales es esencial; la fruta de temporada, pelada, con cáscara, en zumos naturales, macedonias, es el mejor postre. Las verduras y hortalizas, en ensaladas, gazpachos, potajes, como guarnición. Los cereales, a través del pan o del gofio canario. Las legumbres, presentes en compuestos, cremas, vinagretas o potajes.
Finalmente nombramos el pescado, en sus diferentes variedades, blanco y azul, que tantos nutrientes y beneficios nos aportan. Son estos los rasgos esenciales y la base de una alimentación completa y sana”.
¿Cuáles pueden ser alimentos considerados perjudiciales para nuestros hijos?
“No podemos hablar de alimentos “malos”, pero sí de “menos convenientes”. Lo son los que contienen grasas saturadas, azúcar, sal o aditivos, a menudo en grandes cantidades: por lo tanto ha de restringirse su consumo. Hablamos de embutidos, carnes muy grasas, bollería, repostería, dulces, helados, chucherías, refrescos, aperitivos tipo “papas fritas”, alimentos precocinados, etc.”
¿Es importante el consumo de agua? ¿Qué papel juega esta en el estilo de vida saludable?
“El agua es el componente principal de los seres vivos. De hecho, se pueden vivir meses sin alimento, pero sólo se sobrevive unos pocos días sin agua. El cuerpo humano tiene un 75 % de agua al nacer y cerca del 60 % en la edad adulta. Gracias al agua nuestro cuerpo puede llevar a cabo correctamente todas sus funciones, las cuales se verían alteradas en caso de deshidratación. Por lo tanto mantener una correcta hidratación es necesario para cualquier persona, pero es especialmente importante en los niños ya que éstos tienden a deshidratarse con mayor facilidad que un adulto”.
¿Cuáles son las ingestas de agua recomendadas en la infancia?
“Los niños entre uno y tres años necesitan diariamente un total de 1,3 l de los cuales se
recomienda que 0,9 l sean de agua (unos cuatro vasos) y los que tienen entre cuatro y ocho años requerirán algo más (1,4 l ,de los cuales 1,2 l, o cinco vasos serán de agua). A partir de los nueve años empiezan a producirse diferencias entre las necesidades, no sólo por las edades de los niños, sino también por su sexo. De este modo, los varones de nueve a trece años requieren 2,4 l (1,8 l de ellos en forma de agua), los que tienen entre catorce y dieciocho años, 3,3 l (de los cuales 3,0 l serán agua). Las mujeres requerirán de nueve a trece años una cantidad diaria de 2,1 l (1,6 l en forma de agua) y de catorce a dieciocho años, unos 2,3 l (de los que 1,8 l serán de agua)”.
¿Puede, el consumo adecuado de agua, ayudarnos a prevenir la obesidad y el sobrepeso?
“Existen interesantes trabajos que demuestran cómo el incremento en el consumo de agua en los centros escolares durante todo un curso escolar, se acompaña de un descenso del 31% del riesgo de sobrepeso. Esto tiene su explicación, ya que estaríamos desplazando el consumo de bebidas calóricas, por ingesta de agua, que además de no proporcionar calorías, proporciona a nuestro organismo un valor nutricional a través de los minerales y oligoelementos que aporta”.
Por último, háblenos de otro de los llamados pilares fundamentales de la salud, la actividad física. ¿Hasta qué punto resulta conveniente esta para un adecuado desarrollo?
“Entendemos por actividad física cualquier movimiento voluntario realizado por nuestros músculos, que produce un gasto de energía adicional al que nuestro organismo necesita
para mantener las funciones vitales (respiración, latido del corazón, etc.) Por tanto la actividad física puede ser caminar, cargar un objeto, jugar al fútbol, bailar, limpiar la casa, etc. Cuando esta actividad física se planifica, se organiza y se repite con el objetivo de mantener o mejorar la forma física se le llama ejercicio físico.
La práctica del ejercicio físico, complementada con una alimentación saludable, es esencial para prevenir la enfermedad y promover la salud. El niño debe acostumbrarse a realizar actividades físicas y a reducir el ocio sedentario evitando el exceso de horas de televisión y videojuegos. Por regla general debe dedicar al menos 1 hora a una actividad física de moderada a vigorosa todos, o al menos la mayoría de los días de la semana. De la misma manera el tiempo que permanece viendo la televisión, jugando con la consola o el ordenador, o conectado a Internet nunca debe exceder las 2 horas al día”.
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