Tenerife (Canarias), 19 de octubre de 2014 / Políticas - Sanitarias / Gabinete de Prensa.
Desde el Círculo Podemos Sanidad de Tenerife consideramos que no lo está, digan lo que digan nuestras "autoridades sanitarias". Lo afirman trabajadores sanitarios, Delegad@s de Prevención en los centros que desmienten radicalmente la supuesta adopción de medidas de formación, entrenamiento, equipamiento y habilitación de recursos materiales y humanos anunciadas por la Consejería de Sanidad. Por mucho que se hable de protocolos, que ahora empiezan a ser revisados y corregidos al comprobar con su contraste con la realidad la parte inservible de aquellos. Hablar como se hace en los mismos de "aislamiento", en una habitación habilitada a tal fin, en los Centros de Salud o de traslados a centros hospitalarios, sin los correspondientes medios tanto de equipos de protección individual como de transporte con aislamiento de máxima seguridad, NBQ, para alerta epidemiológica de Nivel 4 como es el caso de virus del Ébola, es hacer el más espantoso, por amenazante para la salud pública, ridículo.
Por otro lado, el Ébola no es un asunto concerniente únicamente a la asistencia hospitalaria de los pacientes infectados y al cumplimiento de unos protocolos relacionados con sus cuidados. Es necesaria una perspectiva epidemiológica y comunitaria para evitar que el virus pase de los centros sanitarios a la población general. La falta de esta perspectiva determina que no se hayan analizado a priori los peligros potenciales para la población y no tener previstos programas preventivos para evitarlos, así como, planes diseñados para proteger a la población general.
También habría que decir que de la "dilatada" experiencia que tenemos de mal funcionamiento de nuestra sanidad, por falta de recursos materiales y humanos, ante los picos gripales y sin ellos, con sus colapsos en los servicios de urgencias, etc.. podemos deducir inmediatamente, con más razón aún, que no estamos preparados al añadirse ese tipo de situaciones ya estacionalmente próximas, para la vigilancia y detección de un 1er caso de Enfermedad por virus del Ébola. Y no digamos ya si nos tenemos que meter en la vorágine de, con un 1er caso, tener que afrontar el mismo y todas las derivaciones epidemiológicas y de salud pública que conllevaría.
Resumiendo, no tenemos Equipos de Protección Individual (EPI) NBQ para alerta epidemiológica de Nivel 4 ni personal experimentado en su manejo. No existen zonas adecuadas de aislamiento en Centros de Salud, no hay sistemas de traslados seguros como ambulancias con aislamiento interior. Faltan recursos para pruebas de laboratorio, incluso se reducen, en un mes, si no lo impedimos, se perderá, por desmantelamiento, el Laboratorio de Análisis Clínico de El Mojón, Arona. No tenemos, dispuestos y preparados para su actuación, recursos humanos y materiales para búsqueda activa de contactos tras el caso índice. De los supuestos hospitales de referencia, ninguno está realmente preparado, ni el Hospital Dr. Negrín ni el Hospital N. S. de La Candelaria. En el Estado solo lo estaba el Carlos III, ahora no del todo, a pesar de que, de hecho, se ha tenido que dar marcha atrás en su desmantelamiento como centro de referencia para esta infección viral, conservando aún algunos medios fundamentales como habitaciones con presión negativa, cosa que en Canarias no las vemos ni por asomo.
En fin, la adopción de medidas que cubran todas las necesidades señaladas, corrigiendo las múltiples deficiencias de protocolos y recursos materiales y humanos no admite dilación por parte de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias. Estaremos muy vigilantes para que se haga sin demora porque estamos ante una amenaza real, sobre todo dada la situación geográfica de nuestras islas, y de una terrible potencialidad letal que justifica la máxima exigencia de responsabilidad y eficacia ante la misma.