San Bartolomé de Tirajana, 16 de noviembre de 2011 | Sociedad - Tribunales | Gabinete de Prensa.
La causa abierta contra un cultivador del Club Beletén de Gran Canaria, el pasado 28 de junio, por cultivo de cannabis, ha sido archivada por el Juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de San Bartolomé de Tirajana, Don Guillermo Fernández García. Diversas asociaciones cannábicas de Canarias piden que se cubran los vacíos legales existentes para poder funcionar con normalidad.
La causa abierta contra Andrés I. A., cultivador del Club Beletén de Gran Canaria, el pasado 28 de junio, publicada por este periódico el 1 de julio, en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de San Bartolomé de Tirajana, ha sido archivada al entender el juez que “no aparece debidamente justificada la perpetración del hecho supuestamente delictivo que ha dado motivo a la formación de la causa”. La Fiscalía no ha presentado recurso alguno, por lo que la causa queda definitivamente cerrada. La defensa del acusado corrió a cargo del Estudio Brotons & Asociados, de Alicante.
Muchos Clubes Sociales de Cannabis han ganado las causas abiertas contra ellos en España. En Canarias ésta es la primera sentencia favorable que tienen, pero ya hay otra causa abierta a otro club, ACMEFuer, de Fuerteventura. Las distintas asociaciones cannábicas de Canarias, la Asociación Cannarias, el Club Beletén, ACMEFuer y el Club Calidad de Vida, de Tenerife, piden que se regule por ley el funcionamiento de los Clubes Sociales de Cannabis (CSC), ya que el actual vacío legal provoca que los jueces entiendan que su funcionamiento es legal, o al menos no es merecedor de una pena, pero cuando un agente de policía se encuentra con un cultivo de un CSC su deber es incautar ese cultivo. Esto provoca que los Clubes Sociales de Cannabis, que realizan su actividad abiertamente, con transparencia, tengan muchos problemas para realizar su actividad normal, debiendo sus socios acudir al mercado negro.
Los Clubes Sociales de Cannabis son asociaciones, sin ánimo de lucro, de personas usuarias de cannabis que se organizan para autoabastecerse, sin recurrir al mercado negro. Se basan en el hecho de que el consumo de drogas en un ámbito privado no es un delito. Aprovechando ese vacío legal, hace años que existen CSC en España, que producen su propio cannabis para repartirlo entre sus socios, en un circuito cerrado de adultos previamente usuarias y de enfermos que hacen un uso paliativo del cannabis.
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