Sant Feliu de Guíxols (Girona), 25 de junio de 2015 /Artículo de Opinión / Pedro García
La ocurrencia del Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, de dar vía libre a sus barones para llegar a acuerdos de gobierno tras las elecciones municipales y autonómicas con todas las formaciones políticas, menos con el Partido Popular y con Bildu, no ha podido ser más desgraciada, aunque ya se sabe que en campaña, algunos dicen muchas barbaridades, parece que todo vale.
Primero, por lo que revela acerca del talante democrático de Pedro Sánchez, el trazar una línea roja, a modo de cordón sanitario, como si cualquier medio sirviera con tal de lograr el que parece único objetivo de la izquierda, que no es otro sino echar al PP del poder. Y después, porque establecer un veto conjunto y poner al mismo nivel al Partido Popular, el partido del Gobierno en España, al que actualmente respaldan más de 11 millones de españoles, y a la formación proetarra Bildu, es una grave ofensa, especialmente para las víctimas del terrorismo y en particular para las numerosas víctimas del PP.
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