Madrid, 26 de marzo de 2010 | Cartas al Director |GABRIEL ROSELLÓ
Sr. Director:
“El tráfico sexual es un destino marcado por la miseria para muchas niñas del Sudeste Asiático”; bajo este lema, Anesvad viene lanzando campañas para recuperar a estas chiquillas y formarlas para que accedan a un trabajo digno. Por otra parte, “la explotación sexual es espontánea porque muchas criaturas hacen cualquier cosa con tal de conseguir dinero. Otras veces hay grupos criminales envueltos, o pueden ser las propias familias las que venden a sus hijos para sobrevivir. Y también hay casos en los que las mismas niñas se organizan y se prostituyen, creando sus propias redes”, dice Sella Mak, coordinador de la organización camboyana “Our Home”. Las cifras de la explotación infantil son espeluznantes; hay 14 millones de huérfanos a causa del sida. De la mitad de los 600 millones de pobres del mundo, 130 millones no acuden a la escuela, 180 millones padecen desnutrición, 250 millones sufren explotación laboral y un millón de menores caen en las redes del comercio sexual.
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