sábado, 20 de noviembre de 2010

EN RECUERDO DE PAQUITA, DEL MATRIMONIO CONOCIDO POR LOS “ABUELOS DEL JUNCAL DE TEJEDA”

Tejeda, 20 de noviembre de 2010 | Crónica | Antonio  Estupiñán  Sánchez

El pintoresco barrio del Juncal del término municipal de Tejeda, es uno de esos pequeños núcleos urbanos que se alza en la cota de los mil metros de altitud, rodeado de profundos valles y barrancos, ofreciendo a los visitantes isleños y turistas que nos visitan, de un lugar privilegiado  para los amantes de la naturaleza conjuntamente con esas altiplanicies que nos ofrecen nuestros casi desconocidos montes de Gran Canaria. En sus contornos prevalecen su excelente agricultura y ganadería, con arboleda frutal y pastos de gran calidad.

En este pequeño barrio vivió un clásico matrimonio conocido por “los abuelos del Juncal” Manuel Feliciano Quintana Ramos, conocido por “Felipito el de Juncal” de 91 años de edad y su señora María Dolores Marrero (conocida por Paquita) de 90 años.
Estos conocidos abuelos vivieron toda una vida en este singular paraje del Juncal de  Tejeda y fueron testigos directos de importantes acontecimientos acaecidos a lo largo del pasado siglo XX, destacando los acontecimientos de la República Española, las dolorosas emigraciones de vecinos a Hispanoamérica en busca de fortuna, la guerra civil española, la segunda guerra mundial, la posguerra, los 40 años de la dictadura franquista y cerca de 30 años de nuestra era democrática. Ellos pasaron duros años en lucha por su supervivencia, pero siempre salieron adelante con esfuerzo, sacrificio y trabajo en pró de su familia e hijos, hoy nos sorprende “Felipito” que a sus 91 años conduce su vehiculo como el mejor conductor, amén de haber recorrido en su larga vida toda la zona cumbrera de Gran Canaria (especialmente Tejeda y Mogán), en diversos trabajos. Su señora Paquita, fue una excelente mujer, donde muchos lugareños del centro y sur de la isla la recuerda con cariño, ella falleció hace varios meses a los 90 años, dejando atrás imborrables recuerdos de una mujer trabajadora y muy laboriosa, aparte de haber sido una excelente ama de casa y madre ejemplar.

Hace un año visité su humilde morada con mi buen amigo Carmelo Oliva Quintana (sobrino de esta familia), quedando maravillado de este hermoso lugar con vistas impresionantes, llamando mi atención su antiquísima vivienda vestida y amueblada al estilo de hace casi un siglo, rodeado por su huerta frutal y sus pequeño ganado (como todas las familias del lugar), lo cierto es que lo único moderno que tenía eran varios electrodomésticos y su peculiar TV, donde los abuelos pasaban sus horas viendo las “novelas” las películas y las noticias.

Del matrimonio de los “abuelos del Juncal de Tejeda”, nacieron seis hijos, 11 nietos y 9 bisnietos. Recordar los sanos recuerdos de este matrimonio en este panorámico y pintoresco lugar, donde se respira oxigeno puro y donde los pájaros nos deleitan con sus trinos melodiosos, lejos del mundanal ruido con los que estamos habituados la inmensa mayoría de los canarios en pueblos y ciudades, creemos sinceramente que este lugar y otros de la zona cumbrera de nuestra isla redonda es como  trasladarnos a esos paraísos perdidos donde la atmósfera es respirable, la tierra es verde y sus habitantes son hospitalarios.

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